La hija de
Ra de Santiago Morata
Cualquiera
que se sienta atraído por la apasionante cultura e historia egipcia, no debería
dejar pasar de largo la oportunidad de disfrutar de esta novela y la fantástica
historia que sus páginas encierran.
Hace muy
poquito tiempo, he tenido la grandísima suerte de visitar Egipto y pude vivir
muy de cerca y en mi propia piel, la fascinación que este país despierta y
provoca en tantísima gente. Su historia, es sorprendente, y por mucho que se
haya leído, por muchas fotografías, vídeos o películas que se hayan visto de
sus templos, de sus pirámides, de sus estatuas… una vez que te encuentras ante
la majestuosidad y belleza de los mismos, no puedes más que sentirte
completamente impactado, emocionado y especialmente afortunado por poder estar
contemplando con tus propios ojos algo tan espectacular.
Ojalá
hubiera leído esta novela antes de ir, pues muchas de las leyendas que allí los
guías me contaron y que a veces, por culpa de su falta de fluidez en español,
no lograba comprender con claridad, ya no habrían tenido secretos para mí. He
disfrutado muchísimo igualmente de esta lectura, aunque hubiera sido a mi
regreso, pues pude situar perfectamente los lugares que en la historia son
mencionados, y sobre todo, recordar la emoción que me causó la visión del
templo de la que protagoniza nuestra novela de hoy: la faraón Hatshepsut.
Hatshepsut
, hija del faraón Tutmosis I, fue criada y educada por su padre como el hombre
que le gustaría que le sucediese en el trono, pues ninguno de sus hermanos
demostraba tener las suficientes buenas cualidades para tal fin. Sin embargo,
Hatshepsut, mostró desde su más tierna infancia, estar dotada de todo lo
necesario para llevar su país a lo más alto: su inteligencia, su coraje, su valor,
su poder de decisión,su firmeza, su fuerza… hicieron
que su padre tuviera el valor de enfrentarse a las más tradicionales leyes del
sistema egipcio, según el cual, sólo los hombres estaban preparados para
reinar. A pesar de tener en contra la opinión del sumo sacerdote y de muchos de
los nobles más importantes del país, Tutmosis I , no dejará de formar a su hija
hasta que consiga lo que desde muy pequeña le había prometido: convertirla en
su sucesora.
Para tal
cometido, y como ayudante para completar la formación que su hija necesita, el
padre decide buscar un hombre de confianza: Sen- en Mut , hoy sacerdote siervo
de Amón, pero en el pasado gran soldado, experto arquitecto, médico, astrónomo…
es el hombre perfecto para convertirse en mayordomo de la princesa, pues le
aconsejará no sólo en las facetas mundanas sino que le ayudará a vivir su
religiosidad como todo faraón debe hacer.
Lo que su
padre ni nadie podía imaginar, es que entre en Sen- en Mut y Hatshepsut iba a
surgir una historia de amor de las que realmente hacen historia. Su amor, su
pasión, su total y mutua entrega, su total entendimiento físico y psíquico, les
harán más y más fuertes cada día, y él será la pieza clave en su camino a
convertirse en la primera mujer faraón de Egipto; Sen-en Mut, sólo tendrá un
objetivo en la vida, amar a Hatshepsut , apoyarla en todo momento y hacer todo
lo posible por que logre convertirse en diosa…
Pero en los
planes de Tutmosis I, no entraba para nada la relación sentimental surgida
entre su hija y el mayordomo. Daba por hecho que su heredera, se casaría con su
hijo Tutmosis II, al que tuvo con su concubina predilecta, que le tiene el cerebro
comido y que no se detendrá hasta ver a su hijo convertido en faraón, para así
poder ella disfrutar de todos los privilegios y toda la gloria que como madre
del faraón tendría. Tras muchas discusiones y duras negociaciones, Hatshepsut
acepta casarse con su hermanastro, pero por supuesto pondrá sus propias condiciones:
gobernarán en igualdad de condiciones y tendrá que aceptar que ella viva para
siempre con el que considera su verdadero marido, Sen-en Mut; Tutmosis II nunca
podrá disfrutar de su cuerpo y tendrá que aceptar al primer hijo que ella tenga
con el mayordomo como futuro heredero.
Es así como
Hatshepsut llega al trono, pero su reinado no será fácil, pues a pesar de
rodearse de gente de confianza que estarían dispuestos a todo por ella, los
celos de su hermano, el disgusto de aquellos que no quieren que una mujer ocupe
el trono, las traiciones palaciegas… harán que la protagonista de esta novela
viva una vida en la que tendrá que luchar constantemente por mantener lo que
tan justamente ha heredado.
Como ya os
adelantaba al comenzar la reseña, he disfrutado muchísimo con la lectura de
esta novela. Me encantan las historias protagonizadas por mujeres fuertes,
luchadoras, revolucionarias, que intentaron, en tiempos tan difíciles y en los
que los hombres eran los únicos que parecían poder tener opinión, ponerse a la
altura de ellos, hacer ver al mundo que la inteligencia, el buen hacer, el
gobierno de un país, no es para nada una cuestión de sexo, sino una cuestión de
persona. Esta mujer fue la primera en lograr algo tan difícil como convertirse
en faraón, aún teniendo en contra muchísimas cosas, pero nada ni nadie la
detuvo en su lucha por conseguir su objetivo. Y como demuestra la historia, su
reinado, que duró 21 años (1479 a.c.- 1478 a.c) fue una época muy fructífera
tanto en lo económico, como en lo social y en lo religioso para el país.
Esta es la
historia de una mujer entregada a su pueblo, a su país, pero esta novela
también encierra una de las historias de amor más bonitas que he leído. El amor
que Hatshepsut y Sen-en Mut se profesan está por encima de todas las cosas, la
pasión que los envuelve y que los acompaña a lo largo de su vida, es simplemente
una manifestación más de lo muchísimo que sienten el uno por el otro.
He
aprendido muchísimo con esta novela, no sólo sobre dioses, leyendas e historia
egipcia, que me ha fascinado, sino que también se me ha demostrado una vez más
que “querer es poder”, que si uno tiene muy claros sus objetivos, no hay más
que luchar por conseguirlos por muy difícil que se nos pongan las cosas en el
camino; también he aprendido la fuerza que tiene el amor, todo lo que es capaz
de conseguir y de lo que nos hace ser capaces cuando sentimos tanto; pero lo
que más me ha gustado, es poder conocer tan de cerca la vida tan apasionante de
esta mujer ejemplar y fabulosa, que se ha convertido ya en una de mis heroínas
favoritas.
En lo que
se refiere a la parte técnica de la novela, destacar el lenguaje ameno y
sencillo con el que el autor nos cuenta una historia tan compleja, llena de
leyendas, nombres, parentescos, que si no hubieran sido relatados con tanta
claridad, no habríamos comprendido ni hilado tan bien. Me gusta su estilo
cercano, su ritmo ágil, sus descripciones llenas de vida y movimiento y lo bien
que perfila a los personajes que aparecen en esta historia. También es
importante destacar, los apéndices con mapas, fechas, genealogía, dioses que
aparecen al principio y final del libro y que nos ayudan a situar mucho mejor
la época y la historia que nos ocupa.
Es la
primera novela que leo de Santiago Morata, pero tengo muy claro que no será la
última, y espero poder disfrutar en breve de su anterior historia “El
constructor de pirámides”.
Pues me la apunto. He leído una novela y una biografía sobre Hatshepsut y es una reina que me apasiona. ME ha gustado mucho tu reseña
ResponderEliminarsaludos
sandra
A mí me gustó mucho. Como apasionada de Egipto, me muero de envidia por tu reciente viaje; yo todavía no he tenido la ocasión de ir.
ResponderEliminarCOmo bien dices, con el libro se aprende muchísimo, al mismo tiempo que te entretienes. No te pierdas El constructor de pirámides, no; yo diría que me gustó incluso más.
Besos
Por lo que cuentas y la nota que le has puesto tiene pinta de estar genial. Ojalá tenga ocasión de leerlo porque es que últimamente no tengo tiempo :S pero gracias por descubrírmelo :)
ResponderEliminarUn abrazo :3
Ya se me ha colado otro en la lista de pendientes !! y con esta reseña tan estupenda pasa a un puesto muy destacado para próximas lecturas. Un saludo !!!
ResponderEliminarHace años leí "La Dama del Nilo " de Pauline Gedge, que también tenía como protagonistas a Hatsheput y Sen-en Mut. Esa novela, en su día, me llegó al corazón, así que no dudo de que este libro de Santiago Morata me va a encantar. Muchas gracias por la reseña.
ResponderEliminarYa la tenía entre mis pendientes pero con tu pedazo de reseña, va a subir muchos puestos, que me has dejado con unas ganas...
ResponderEliminarBesotes!!!
Me encanta el tema y hace tiempo que la tengo apuntada. Besos
ResponderEliminarMe apetece bastante leerlo, a ver si me hago con él =)
ResponderEliminarBesotes
No me había decidido con este libro porque ya leí hace años una novela basada en la historia de Hatshepsut, pero me has convencido, y como no recuerdo bien la historia creo que la disfrutaré. Además, estoy en buena racha de históricas, así que tendré en cuenta tu recomendación. Un beso
ResponderEliminarLa tengo apuntada desde hace bastante. A ver si me cruzo con ella proximamente para llevarla a mi biblioteca.
ResponderEliminarBesos
Nunca había leído un libro de esta temática, mola mucho ^^ Besos.
ResponderEliminarDesde el principio que vi este libro me llamó la atención y estoy deseando hacerme con él para leerlo.
ResponderEliminarBss.
Quizá también os interese, aunque el romance sea entre Cleopatra y Julio César, la novela "La hija del Nilo" de Javier Negrete. Si no habéis leído nada de este autor, os lo recomiendo.
ResponderEliminarNosotros también tenemos un blog sobre literatura (y música): http://booksymusic.blogspot.com.es/
Salud y felicitaciones por el blog!
Me encanta tu reseña, lo apunto a mi lista interminable de libros :)
ResponderEliminarRosa María López Monzoncillo.