domingo, 24 de noviembre de 2013

LO QUE ENCONTRÉ BAJO EL SOFÁ

                “Lo que encontré bajo el sofá” de Eloy Moreno

Supongo que no soy la única que en más de una ocasión, se ha asomado a la ventana por la noche y ha decidido dejar la volar la imaginación, intentando averiguar lo que se cuece tras las cortinas, luces tenues y persianas, que forman parte de nuestra calle, de nuestro vecindario, de nuestra ciudad...Seguramente mil y una historias, totalmente diferentes a lo que podemos imaginar, son lo que esas personas con las que compartimos paredes, edificio, calle, barrio, ciudad... encierran tras de sí. Historias, que en muchas ocasiones nos sorprenderían, otras nos escandalizarían y la mayoría de ellas, quizás nos entristecerían, pues lo que menos desearíamos, es terminar llevando una vida como la que ellos han decidido llevar, una vida anclada a una rutina, a un vivir conforme a lo que la sociedad espera de ellos, sin ilusiones, sin pasión, sin sueños, sin risas, sin deseos…

Esta pequeña introducción tan personal, es un pequeño ejemplo de lo que vais a encontrar tras las páginas de este libro, del que no querría revelar demasiado para que seáis vosotros mismos, los que lo podáis paladear, saborear y sacar vuestras propias conclusiones.

Estamos en Toledo, y no sólo la ciudad será escenario, pues será protagonista como la que más de este libro, lleno de pequeñas historias y leyendas, incluidas las que oculta la propia villa toledana.

A Toledo acaba de llegar Alicia, una joven profesora, casada y madre de una niña, a quien le ha tocado hacer una sustitución de unas seis semanas en un instituto toledano situado a 300 km de su casa. Alicia y su niña, dejan a su marido en el hogar familiar, y aprovechan que tiene a una tía en dicha ciudad, para alojarse con ella el tiempo que va a durar la sustitución.

Alicia, decide comenzar sus primeros días en Toledo, haciendo una visita guiada para conocer mejor esta mágica ciudad, con tanto encanto y que oculta tantas leyendas y misterios.

Esta visita la llevará a conocer a varias personas que le harán replantearse su vida, pero lo que es más, al replantearse su vida, y compartir sus dudas, sus remordimientos, sus inquietudes con la gente que la rodea, es cómo descubrirá que todos vivimos rodeados de gente que puede que oculte mucho más de lo que parece, vidas que no son tan maravillosas o no son tan desgraciadas como pretenden aparentar….porque todos tenemos un sofá en nuestras casas, y lo que se acumula allí debajo, sólo lo conoce su dueño…y muchas veces el dueño, prefiere no hacer limpieza a fondo y dejar las cosas como están, es mucho más cómodo dejar las cosas así, no molestarse en coger el peso del sofá para levantarlo y moverlo, por qué no aspirar sólo alrededor, que es lo que se ve...lo que no es visible a los ojos, puede que no haga daño… o quizás sí, y  mucho más de lo que podríamos imaginar…

Al comenzar este libro, puede que sean muchos los lectores que como yo, se sientan totalmente perdidos, y no sepan por donde van a ir los tiros de esta historia. Estuve alrededor de unas 60 páginas, sin situarme muy bien, sin ser capaz de hacerme una idea en mi cabeza de sobre qué iba el libro que estaba leyendo. Demasiadas pequeñas historias, a veces sólo trazos de historias, de personas, retales de una vida, de una leyenda, ¿realidad o ficción?...no sabía muy bien si en algún momento del libro, todas esa pequeñas pinceladas que el autor iba dibujando iban a coger forma, una forma con sentido, en la que todas esas pequeñas historias tuvieran cabida y se uniesen perfectamente para formar parte de un todo que me gustase, que me enganchase y que me hiciese disfrutar.

Pues bien, deciros que la historia encaja perfectamente, que todas las historias de los personajes que se nos presentan, quedan cuadradas al final, que todas forman parte de un conjunto que no sólo nos hace disfrutar, sobre todo nos hace pensar, y pensar en muchas cosas no sólo de la vida personal, sino de las cosas que están ocurriendo en la actualidad: el autor nos habla de la crisis, de la corrupción, de los políticos, del bullying, del paro, de los bancos, de los desahucios… Nos presenta mil y una historias totalmente creíbles, que cualquiera podría haber vivido, que cualquiera podría haber conocido; nos hace sentir incómodos como ciudadanos, pues nos vemos reflejados en muchas de las cuestiones negativas que se presentan como causa de la crisis que estamos viviendo ,y vemos que casi nadie está libre de pecado, que nadie podría lanzar la primera piedra... y también nos plantea muchas situaciones que podrían llegar a producirse, que deberían llegar a producirse si los que nos gobiernan, nos siguen tomando el pelo de la manera en la que nos lo están tomando: espero que muchos de ellos lo lean y cojan miedo, pues este libro puede dar muchas ideas a los ciudadanos que estamos muy, pero que muy hartos, del rumbo que ha tomado la actualidad política de este país.

Una historia personal, otras muchas historias a las que nos acercaremos a través de sus ventanas en la oscuridad, la actualidad social y política de un país y las leyendas que se enconden tras las paredes de muchos de los majestuosos edificios y monumentos de la bella ciudad de Toledo (tengo que reconocer, que la parte de las leyendas me ha parecido totalmente cautivadora), son los ingredientes que vais a encontrar en esta novela, sencilla y muy fácil de leer, pero con un contenido de lo más profundo, un contenido que irrita, que inquieta, y que en muchas ocasiones, también motiva a dar el paso hacia el cambio, a no quedarnos con los brazos cruzados ante las injusticias que estamos viendo a nuestro alrededor,y quizás a algunos,también les motive para vivir la vida de la única forma que merece la pena vivirla: siendo feliz cada día...


Es una lectura muy recomendable, que estoy segura que no os dejará indiferentes.Una novela llena de verdades como puños y llena de grandes y bonitas frases,para subrayar,citar y sobre todo, recordar.....


martes, 12 de noviembre de 2013

LA BIBLIOTECARIA DE AUSCHWITZ

                    “La bibliotecaria de Auschwitz” de Antonio G. Iturbe

Soy una gran aficionada a las historias que transcurren durante la II Guerra Mundial, y en especial, a aquellas protagonizadas por personajes, quienes ya fuera por su religión, por sus ideas políticas, por su condición sexual… vieron cómo de la noche a la mañana sus vidas se truncaban por completo, perdían todo lo que hasta aquel momento habían tenido, y terminaban sus días en duros campos de concentración, donde perdían toda la inocencia, toda la ingenuidad que podía quedarles, y se veían obligados a cualquier cosa, por conseguir un pequeño mendrugo de pan que llevarse a la boca o para dárselo a aquellos que más querían, o simplemente por lograr despertarse con vida al siguiente amanecer.

No es que sea masoca ni que disfrute leyendo sobre desgracias, pero sí que creo que a través de estas historias tan personales, tan duras, tan llenas de sufrimiento, al acercarnos a todos estos héroes y heroínas anónimos durante unos días a través de las páginas de una novela, conseguimos rendirles, en cierta manera, nuestro pequeño homenaje personal, pues durante ese pequeño período de tiempo, mientras los acompañamos en su dura lucha por sobrevivir día tras día, no dejamos de admirarles ni un solo instante; su triste historia se queda para siempre grabada en nuestras memorias, y contribuimos a que los terribles acontecimientos llevados a cabo por la ideología fascista, no sean jamás olvidados, y lo que es más importante, los recordemos por y para siempre, para evitar que algo tan terrorífico, pueda volver a suceder en el mundo.

Esta novela está basada en una historia real, la historia de Dita Adlerova, una joven checa que con 14 años llega a Auschwitz, tras llevar desde los 9 siendo víctima del asedio sufrido por los judíos en su Praga natal. Tras deambular de barrio en barrio, de gueto en gueto, finalmente ella y su familia son enviados al peor de todos los campos de concentración, y es entonces, cuando la verdadera lucha por la supervivencia comienza: sólo los más fuertes de cuerpo pero sobre todo de espíritu, podrán disfrutar de un nuevo día.

Dita tiene la suerte de que una amiga de su madre tiene un “contacto” para que pueda entrar en el bloque 31 como asistente, sin embargo será finalmente el azar y sus conocimientos de alemán y checo, lo que le ayuden a entrar allí. El bloque 31 es un pequeñísimo oasis de tranquilidad dentro del terrible campo de concentración, ya que en él, a Fredy Hirsch, un preso diferente a los demás por su pasado y todo lo que ello conlleva, se le ha permitido crear algo impensable dentro de las normas del campo: ha conseguido convencer a los alemanes de que le dejen tener un barracón exclusivamente con niños, con el fin de tenerlos controlados, y que no estorben ni a los SS ni interrumpan el trabajo de los mayores. Será como un lugar de entretenimiento para los pequeños, en el que prepararán obras de teatro para el disfrute de los soldados, una pequeña escuela cuya principal prohibición está más que clara: no pueden tener libros, los presos no deben leer libros bajo ningún concepto; la posesión de cualquier ejemplar, será castigada con la muerte.

Dita, una jovencita muy inteligente y valiente, que supera la edad para ser una de las niñas del barracón, tendrá que entrar a formar parte del mismo desempeñando un peligroso papel que muchos adultos no se atreverían jamás a realizar: se convertirá en la bibliotecaria del bloque 31; su biblioteca, será la más pequeña de la historia, pues sólo estará formada por 8 ejemplares, pero seguramente será también una de las más valoradas de la historia, pues arriesgar su vida, para que otros puedan evadirse de la dura realidad, puedan disfrutar durante unos instantes de los sueños y esperanzas de volver a tener algún día una vida mejor, eso hace que esta pequeña biblioteca valga más que todo su peso en oro.

Es así como poco a poco vamos conociendo no sólo a Dita, sino también la historia personal de los demás asistentes y profesores del barracón 31, en especial, la historia de Fredy Hirsch, un hombre con una personalidad tan atrayente, que encandila a Dita desde el primer instante que lo conoce. También nos adentraremos en las relaciones que Dita estrecha fuera del pabellón- escuela, tanto con sus padres, como con las amigas que hace en el campo, y cuya compañía hace que su sufrimiento sea un poquito más llevadero. También se nos detallará la vida y las circunstancias de algunos de los SS que han llegado al campo, algunos convencidos de lo que iban a hacer, algunos escandalizados al descubrir lo que iban a tener que hacer; conoceremos a la Resistencia y entenderemos un poquito mejor su forma de trabajo; y como no mencionar al doctor Muerte (Josef Mengele), que pasará a menudo por el bloque 31 en busca de nuevas víctimas para sus terribles experimentos, algunos de los cuales son explicados con mucho detalle en la novela.

La novela es un fiel retrato de lo que acontecía día a día en un campo de concentración; es por lo tanto una historia durísima, que pone los pelos de punta, que escandaliza igualmente por mucho que se haya leído sobre el tema y que nos hace revivir una parte horrible de la historia de la humanidad, que nunca debería ser olvidada.

No ha sido, no obstante, una de mis favoritas sobre el holocausto. El problema que me he encontrado es que la narrativa del autor, me ha resultado un poco aburrida, un poco repetitiva, y ha hecho que el libro por momentos me resultara un poquito lento. Tampoco ha logrado, en mi humilde opinión, conseguir emocionar a través de las palabras empleadas ni con su estilo, toda la carga emotiva, residía en la propia dureza de la historia, pero no en la forma en que está transmitida. Creo que el final es la parte donde el autor ha puesto más de su propia alma, incluso en el epílogo ha logrado conmoverme muchísimo más que en ciertas partes del libro.

Considero igualmente que “La bibliotecaria de Auschwitz” es una historia que debe leerse, que debe conocerse. En mi opinión, la difícil y arriesgada labor llevada a cabo por la pequeña Dita en el infierno de Auschwitz no debe de caer en el olvido, tenemos que rendir homenaje a todos aquellos que tanto sufrieron, que tanto perdieron, y especialmente, a aquellos que estuvieron dispuestos a perder su propia vida, por lograr que otros pudieran vivir un poquito mejor dentro del horror en el que estaban viviendo, en este caso, siendo la custodia de la biblioteca más pequeña de todos los tiempos, y llevando a los pequeños, a través de las historias encerradas en sus páginas, a mundos mucho más felices y mejores, llevando la esperanza a sus corazones a través de la magia de los libros.


Cierro una vez más una reseña citando un párrafo del libro que me ha emocionado “ No importa cuántos colegios cierren los nazis, les contestaba. Cada vez que alguien se detenga en una esquina a contar algo y unos niños se sienten a su alrededor a escuchar, allí se habrá fundado una escuela”


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