El silencio de la Ciudad Blanca de Eva G.ª Sáenz de Urturi
Agosto de 2016.
El inspector Unai Ayala se encuentra en la UCI con una bala en el cerebro,
víctima del asesino en serie que en aquellos días tenía aterrorizada a la
ciudad de Vitoria, y cuyo caso estaba investigando… Unai, en coma, y a punto de
ser desconectado de la máquina que lo mantiene con vida, decide ponernos en
antecedentes, y contarnos todos los detalles de los crímenes que lo han llevado
a terminar en tan dramáticas circunstancias.
Es así, como nos
trasladamos nada más empezar, a finales de Julio de 2016. En aquellos días,
había fiestas en la ciudad y en las calles se respiraba un ambiente alegre y
festivo. Sin embargo, una llamada de su compañera, advirtiéndole de que tienen
que reunirse de manera inmediata, hace que Unai tenga que abandonar a su
cuadrilla y no dude ni por un instante, por el tono de la llamada, de que algo
terrible ha tenido que ocurrir. Y no se equivoca para nada; la noticia no podía
ser más alarmante: dos cuerpos desnudos de un chico y una chica, acaban de
aparecer en la cripta de la catedral, cada uno de ellos con las manos apoyadas
en la mejilla del otro.
El hallazgo de
los cadáveres, causa tanto impacto en los policías, no sólo por la morbosidad
de los hechos, sino debido a las similitudes que existen entre la escena del
crimen actual, y “los crímenes del dolmen”, unos asesinatos que tuvieron lugar
20 años atrás y que causaron verdadero pánico entre la población, por tratarse
todas las víctimas de niños y niñas menores de edad, y por la retorcida teatralidad con la que el perturbado criminal ejecutaba todos los homicidios.
Lo más escabroso
del caso, es que el asesino en serie acusado de los horribles crímenes, lleva
20 años en prisión, y faltan apenas unos días para que vuelva a pisar la calle,
ya que ha terminado de cumplir su condena….¿Está compinchado con alguien del
exterior para poder llevar a cabo los asesinatos antes de salir y no levantar
sospechas cuando comience a matar de nuevo?¿O es que realmente el convicto
lleva todos estos años en prisión acusado de un delito que no cometió?
Al más puro
estilo de “El silencio de los corderos” (homenaje en cierto sentido que, en mi
humilde opinión, rinde la autora con el título del libro a la inspiración que
obtuvo de la relación entre Jodie Foster y Hannibal Lecter), Unai Ayala
comienza a visitar en la cárcel a Tasio Ortiz de Zárate, quien, dotado de una
gran inteligencia y una personalidad arrolladora, le dice que es indispensable
que cuente con su ayuda para detener al asesino lo antes posible, pues, tras
llevar veinte años entre rejas, estudiando el tipo de perfil del que ha
conseguido que sea él el que esté en la cárcel, le hacen no tener ninguna duda,
de que la serie de asesinatos de parejas, no ha hecho más que empezar, y sólo
trabajando en equipo lograrán pararlo…
¿Confiará el
inspector Ayala en la palabra de un presidario?¿Hasta qué punto duda de su
inocencia?¿Podrá resultarle de utilidad la información de la dispone Tasio y
que nunca hasta ahora ha querido compartir?
Con este
comienzo impactante, cargado de adrenalina y acción, arranca una historia que
no nos dará tregua ni por un solo minuto, pues el ritmo vertiginoso y
trepidante desde el principio, no hará más que conducirnos hasta un final de
infarto, en el que nos quedaremos con la sensación de haber disfrutado y
saboreado al máximo cada una de las palabras, cada una de las páginas de esta
novela.
No es que esta
novela tenga sólo cosas buenas, es que esta novela tiene prácticamente todas
las cosas buenas que puede tener una novela. Son tantas, y todas tan bien
trabajadas, que una no saber por dónde empezar a describirlas, pues es de estas historias que
dejan al lector plenamente satisfecho y feliz, de haber podido disfrutar de un
libro tan bueno, tan entretenido y además, con una gran calidad literaria en
todos los sentidos.
Comencemos
hablando de la fantástica ambientación que ha logrado crear la autora. Es
admirable el exhaustivo trabajo de documentación que ha hecho sobre la ciudad
de Vitoria, sobre sus monumentos, su historia, sus costumbres, sus tradiciones,
su mitología popular, su flora… Todo lo que es relevante para la trama,( y lo
que es más remarcable todavía, es que todos los elementos anteriormente
mencionados son de vital importancia en la historia), aparecen perfectamente
explicados, en profundidad, detalladamente, pero a la vez, su lectura no
resulta para nada pesada, todo lo contrario, el lector percibe toda esta
información sobre la idiosincrasia de Vitoria como una auténtica delicia, que
no hace más que enriquecernos culturalmente y crearnos unas enormes ganas de
salir inmediatamente a recorrer las calles de la ciudad.
En segundo
lugar, y en lo referente a la estructura de la trama (cómo la presenta, cómo la
complica, cómo la entreteje y cómo la resuelve), tengo que decir que me ha
parecido magistral. La autora, juega desde un principio con dos historias que
transcurren en dos líneas temporales ( 1970 y 2016); las dos historias resultan
atractivas, interesantes, envolventes por igual… Una beberá de la otra, para
convergir en un final con broche de oro para una emocionante e increíble novela
criminal.
En cuanto a los
personajes, la novela no sólo gira en torno a Unai y a Tasio. Unai Ayala,
relatando su historia en primera persona, nos conquistará desde un primer
momento. Unai traspasa las páginas del libro, como la mayoría de personajes que
van a ir apareciendo, y nos llega como un hombre bueno,familiar, obsesionado
con su trabajo, meticuloso y muy perfeccionista, que a pesar de arrastrar
consigo un inmenso dolor por un terrible drama al que tuvo que enfrentarse recientemente,
no se ha vuelto huraño ni se ha hundido en la mala vida, sino que ha intentado
seguir adelante apoyándose en su familia y en el amor que siente por su profesión. Todos y cada uno de los personajes, nos llegan y nos trasmiten mucho
más de lo que uno podría imaginar que unos personajes secundarios pudieran
llegar a tocarle tan de cerca. Por ejemplo, el abuelo de Unai, ha sido para mí
uno de los personajes con más carisma, con más magia y que más ha conseguido
emocionarme de los que me he encontrado en los libros últimamente.
La bondad, el
sadismo, la maldad, la agresividad, la arrogancia, el desparpajo, la
perseverancia, la lucha, el miedo, el desamparo, la inteligencia, la lealtad,
la pasión… Las virtudes, los defectos, las cualidades de cada una de las
personas que componen esta historia, nos trasmiten en todo momento el gran
trabajo que ha realizado la autora para poder crear un conjunto de personajes
de tanta calidad, pues son ellos los que dan vida a la novela, ya que, en mi
opinión, si un buen argumento no es llevado a cabo por personajes de calidad
extraordinaria, la novela no lograría convencer al lector de la manera en la que
ésta lo consigue.
Creo que si me
habéis leído hasta aquí, ya no os queda ninguna duda de que recomiendo
encarecidamente la lectura de esta novela; no sólo la disfrutaréis los
aficionados a la novela negra o de intriga, pues es un libro tan completo, tan
lleno de historia, de pasión, de sabiduría popular, de leyendas y tradiciones,
de arte, de sentimientos, de superación, de humanidad, de actualidad… Tan bien
escrito y con una historia tan bien construida, que estoy plenamente convencida
que hará las delicias de todo aquel que lo tenga en sus manos.
Es una novela de
las que terminas con pena por haber llegado al final, y porque sabes que vas a
tardar en encontrar pronto otra historia que te deje una sensación tan buena… Yo sólo os digo que ya me tarda el conocer la ciudad de
Vitoria, pasear por sus calles y esperar al amanecer para quedarme hechizada
por “El silencio de la Ciudad Blanca”.