martes, 22 de octubre de 2013

MEMENTO MORI

                               “Memento mori” de César Pérez Gellida

Septiembre de 2010: El inspector de policía Ramiro Sancho, está a punto de tener que enfrentarse al caso más complicado de toda su carrera profesional. Una llamada procedente de un compañero ,le comunica que el cuerpo de una mujer ecuatoriana acaba de ser encontrado junto a unos arbustos cerca de la ribera del río… las mutilaciones que presenta su cuerpo, indican claramente que el asesino tiene que tratarse de un completo sádico perturbado, pues le ha seccionado los párpados con la precisión de un cirujano….

Sancho, a pesar de todos los años que lleva en la profesión, nunca había visto nada así…

Para más inri, el desalmado autor del crimen, tiene alma de poeta, ya que ha dejado dentro de la boca de la víctima un poema que poco o nada quiere decir para los miembros de la brigada criminal.

Para ayudarles en la investigación, un superior le sugiere a Sancho, que se ponga en contacto con la doctora en psicolingüística Martina Covo, pues su experiencia en este tipo de cuestiones, puede resultarles de gran utilidad a la hora de destripar el misterio que encierran los versos escritos por el asesino.

La profesora Covo, no será la única persona civil que se involucre en el caso para ayudar a la policía. El psicólogo criminalista Armando Lopetegui, conocido por todos como “Carapocha” entrará también en escena para intentar descubrir al criminal, y su experiencia será realmente útil, cuando el asesino vuelva a matar…porque lo va a hacer, sí, y con la misma brutalidad empleada la primera vez….

“Carapocha”, a pesar de no ser ni el protagonista ni el antagonista, es uno de los personajes de más peso de la novela. Con una vida de lo más apasionante, consigue ganarse al lector desde que lo conoce gracias a su ingenio, agudeza y peculiar sentido del humor.

La novela está escrita en tercera persona, y ese narrador omnisciente ,va alternando la historia que nos está contando, entre la investigación a cargo del inspector Sancho y la propia vida, milagros y pensamientos del asesino, Augusto Ledesma, a quien conocemos desde las primeras páginas del libro.

Paralela a la investigación criminal, tenemos  por lo tanto la historia personal del asesino: se nos cuenta cómo ha sido su vida, cómo es ahora, cuáles son sus gustos, su aficiones , su pasado, sus secretos… Nos vamos haciendo poco a poco en nuestras mentes, un perfecto perfil del asesino, sabemos cómo actúa y en teoría qué lo lleva a actuar así.

Augusto Ledesma es un perturbado, sí, pero también un hombre muy inteligente, un as de la informática, un sociópata, un enamorado de la cultura clásica, un poeta y un gran aficionado a la música indie… Música que tendrá muchísima importancia a lo largo de la novela, pues va a ser la banda sonora que escucharemos capítulo tras capítulo,y con cuyas letras el autor nos obsequiará de manera muy habitual (en mi opinión, a veces, de forma excesiva …) Es la música que acompaña a Augusto, la música que le inspira, que le ayuda, que le hace desconectar pero también actuar….

Toda la maldad acumulada en el interior de Augusto acaba de ver la luz, y ahora que ha salido, es casi imposible que pueda ser controlada… ¿Será el inspector Sancho capaz de detener en esta ocasión al criminal?

Las expectativas que había puesto en este libro eran altísimas, y creo que es importante que lo mencione, ya que pienso que esa es la principal causa de que no lo haya disfrutado como me había imaginado.

Tenía entendido que iba a encontrarme con una novela policíaca de ritmo trepidante, y a mí, el ritmo, trepidante, no me lo ha parecido en absoluto, y por ello también me ha dejado un poco fría.

Creo que estamos ante una novela negra que busca profundizar en la mente del criminal, acercarnos a lo que lleva a un asesino a hacer lo que hace… Pero no me parece apropiado decir que el ritmo de la lectura es frenético ni  que esté cargada de acción, pues no es así.

La novela es buena, y seguro que los amantes del género que la hayan leído pondrán el grito en el cielo cuando vean mi puntuación, pero a mí, no me ha hecho disfrutar de la manera que me gusta disfrutar una novela de este género.

Me pareció que todo me venía dado ya por el autor y que se dejaban pocos momentos al lector para intentar descubrir algo por el mismo, para intentar descubrir al asesino, los porqués… Tenía la esperanza de encontrarme giros inesperados de esos que tanto me gustan, y el único elemento “sorpresa” que se revela en el final del libro, yo ya me lo veía venir, por lo que tampoco “eso” causó el efecto que debería… Tampoco sentí la necesidad de devorar páginas como una loca para saber más y más, pues la verdad, a medida que iba avanzando en mi lectura, ya me di cuenta de que no estaba ante el tipo de novela que me había imaginado.

Entonces os preguntaréis que por qué digo que es una buena novela….Pues bien, son muchos los puntos positivos que hacen que esto sea así:

En primer lugar los personajes son realmente buenos, están fantásticamente construidos, llegan al lector, son fuertes, con caracteres para nada convencionales, y algunos de ellos con unas vidas de los más interesantes.

También los diálogos que se establecen entre muchos de los personajes son dignos de mención, ya sea por lo profundo, gracioso, soez o inteligente que resulte el comentario, lo que es cierto es que son muchas las conversaciones que se mantienen en la novela que destacan por su riqueza y valor lingüístico.

Otro punto destacable es la forma de narrar del autor que me ha gustado mucho; aunque tengo que decir, que para mí, a la novela le sobran páginas, pues creo que a veces cuenta demasiados detalles que no son relevantes para el caso y hace que esas partes resulten un poco aburridas, lo cierto es que César Pérez Gellida tiene una prosa muy potente, diferente, directa, un estilo que resulta muy genuino y con el que consigue atrapar al lector.

Creo que si hubiera sabido que es una novela más de tipo thriller psicológico que de acción, la habría disfrutado muchísimo más, pero en esta ocasión, el continente me ha resultado mucho más atractivo que el propio contenido, la historia, aunque sí es original y la trama está muy bien planteada, carece, en mi humilde opinión, de la emoción que esperaba encontrar.


“Memento mori” es la primera parte de una trilogía, de ahí que su final también pueda trastocar a muchos de los que lo lean (yo he sido un de ellos…), ya que no queda completamente concluido el caso... Así que no me queda más remedio que leer la segunda parte, “Dies irae”, que acaba de salir publicada y que espero que me resulte más interesante que este primer acercamiento al peculiar mundo de Augusto Ledesma…

César Pérez Gellida ha conseguido intrigarme, me ha gustado su estilo, y ahora que ya sé qué tipo de novela negra voy a encontrarme , pues espero disfrutarla como la mayoría de la gente me había dicho que iba a ocurrirme con esta.


martes, 8 de octubre de 2013

LA VIDA CUANDO ERA NUESTRA

                   “La vida cuando era nuestra” de Marián Izaguirre

Libros, libreros, librerías; escritores, editores, traductores, lectores ;poesía, ensayo, novela, folletines; en cada párrafo, en cada página ,en cada capítulo de esta historia, se respira amor por la lectura; porque este libro, además de ser una delicia, un disfrute para el lector, una lectura que reconforta, que se saborea poco a poco por lo bien que sienta, es ante todo, un homenaje a la literatura y a todo lo que la rodea.

Tres son las historias sobre las que va a girar el hilo argumental de la novela; la autora, de manera impecable, va alternando la narración de cada una de ellas;de una manera muy elegante, muy fluida, nos va llevando por diferentes voces narrativas que nos van contando su historia, historias que sin embargo, terminarán perfectamente entrelazadas.

La primera de ellas está protagonizada por Alice, una mujer “británica” de 51 años, a quien conocemos en la actualidad caminando por las calles de un Madrid en plena postguerra. Alice se siente mayor, sola y poco a poco descubrimos que también se siente completamente destrozada desde que perdió a Henry, el gran amor de su vida. Sin saber muy bien por qué, mientras pasea, se encuentra con un hombre cargado de libros al que decide seguir. Es un hombre más joven que ella, atractivo y parece interesante. Algo en su interior la insta a conocer más a ese hombre, quién es, a qué se dedica, con quién vive… No por ningún tipo de atracción física que pueda sentir, el sentimiento que hace que lo siga, va mucho más allá de lo puramente físico; además, como ya he mencionado con anterioridad, Alice sigue enamorada de Henry, nunca lo olvidará.

Es así como entramos en la segunda historia de la novela. La historia de Matías y Lola. Tras la persecución realizada por Alice, descubrimos que Matías, el desconocido, tiene una pequeña librería de viejo en una callejuela perdida de Madrid. El local es minúsculo, y se ve que el negocio de la venta de libros no es lo bastante fructífero, pues tiene que vender también productos de papelería que le ayuden a mantenerse a flote. Matías y Lola llevan muchos años casados y siguen enamorados como el primer día, a pesar de lo mucho que la guerra les ha cambiado la vida. Lola tiene 38 años, es muy guapa todavía, y bebe los vientos por Matías. Él lo es todo para ella, y haría cualquier cosa por él. Lola añora los años anteriores a 1936; los años en que se conocieron, en que trabajaban juntos y disfrutaban de las tertulias de los cafés, de las pequeñas escapadas, y sobre todo los días en que soñaban con una España mejor, más justa, más igualitaria y luchaban por llevar a cabo sus proyectos. Y ahora ya no queda nada de aquello, pues vivir sin libertad, aunque no estén en la cárcel, les hace sentirse ahogados en vida.

Alice comienza a visitar la librería, tanto cuando está Matías como cuando está Lola, que se encarga del negocio un par de días a la semana.

Un día Matías encuentra entre unos libros que ha adquirido recientemente, un ejemplar de “La chica de los cabellos de lino”, una historia que lo atrapa de tal manera que decide que tiene que hacer algo especial con ella para que llegue a cuanta más gente mejor, para que sean muchos los que puedan disfrutar de su lectura.

Casualidades de la vida y del destino, o no, serán Lola y Alice, las que comiencen juntas cada semana a leer la apasionante historia de Rose Tomlin, protagonista del ejemplar tan especial.

La vida de Rose Tomlin será la tercera historia de la novela. La vida de Rose es de esas historias que no puedes parar de leer. Rose no ha tenido una vida fácil, creció sin padres, sin familia, y eso la marcará para siempre. La conocemos desde niña y la acompañamos en todas sus etapas, vamos creciendo con ella, sufriendo con ella, riendo con ella…y sobre todo leyendo con ella. Porque Rose, a lo largo de toda su vida estará rodeada de libros, y cuando crezca, también lo estará de famosos escritores que aportarán mucho a su vida. La historia de Rose nos llevará a vivir muy de cerca períodos históricos de lo más interesantes y emocionantes: el estallido de la I Guerra Mundial, sus consecuencias en Inglaterra, Francia y el mundo, la llegada de los locos años 20, con sus fiestas, su vivir al límite, su música… Y también con ella recordaremos, estudiaremos y disfrutaremos de los grandes escritores de todos los tiempos pero en especial, de los más representativos a nivel mundial del primer cuarto del siglo XX.

Las tres historias se irán entretejiendo entre sí para formar la joyita que tenemos entre las manos. Un libro dentro de otro libro: apasionante, y lo mejor de todo, que la autora consigue atraparnos con todas las historias por igual. Es el conjunto de todas ellas, los personajes que encontramos en cada etapa, lo que ha hecho que para mí esta historia haya sido tan especial.

Como decía al principio, este libro es, ante todo, un homenaje a la literatura, pero este libro también nos habla mucho de amor, del amor verdadero, de sentimientos, de amistad, de los sueños, de los principios… Es un libro que nos hace pensar y que nos hace sentir muy bien mientras estamos en plena lectura. Un libro que no queremos terminar pero que no podemos parar de leer, y que aún encima se lee solo, del tirón.

Me encanta la narrativa de Marián Izaguirre, engancha con su elegancia, con su estilo tan peculiar. Me gusta porque consigue hacer que me sienta en otros tiempos, que respire el ambiente de postguerra con sus miedos y sus miserias, que disfrute del aire fresco de la campiña inglesa y normanda, que visualice las mansiones, los trajes, los coches, los colores… Que escuche la música de los antros del París de los años 20, con sus risas, su jazz, sus copas brindando sin parar. Y desgraciadamente también me ha hecho vivir la guerra, con sus bombas, sus disparos, sus muertos…

Una exquisita ambientación, en una época que me sigue pareciendo de lo más interesante y que abarca casi por completo la primera mitad del XX; unos personajes entrañables, especialmente los femeninos, quienes en esta ocasión me han cautivado por su independencia, sus ganas de vivir el amor y sus vidas a su manera, sin importarles el qué dirán ni lo que las demás mujeres hacían en unos tiempos en los que las cosas no eran ni la mitad de fáciles de lo que son ahora; unos personajes femeninos que leen, que luchan, que maduran, que disfrutan y que sobre todo aman, y amarán, a un hombre por encima de todo.

Son todos estos factores los que han hecho que este libro, muy a mi pesar, me haya durado lo que dura un suspiro. Por ponerle alguna pega, diré que al final, la carga emotiva que esperaba encontrar, no estuvo a la altura del resto de la novela, pues me hubiera gustado que se hubiera parado un poquito más y no hubiera sido todo tan precipitado… pero quizás esto sólo sea debido a las pocas ganas que tenía de que esta historia terminase… ¡quién sabe!

Creo que a veces tenemos la suerte de encontrarnos con la lectura de un libro en el momento más adecuado que nos podía suceder. A mí me ha ocurrido con este libro; me ha gustado mucho, pero también soy consciente de que en estos momentos necesitaba una lectura así, me ha reconfortado y me ha hecho sentir muy, muy bien, por eso creo que ha sido tan especial y tengo que darle la puntuación máxima.

Para finalizar hoy, además de recomendaros su lectura, pues creo que sois muchos los que la disfrutaréis (y mucho) , me gustaría dejaros una frase de la novela que me ha encantado y con la que me he sentido plenamente identificada : “Cuando te encuentres sola, lee un libro… Eso te salvará”


miércoles, 2 de octubre de 2013

LA HILANDERA DE FLANDES

                     “La hilandera de Flandes” de Concepción Marín

Comienza la novela en el año 1492, con el edicto promulgado por los Reyes Católicos, por medio del cual se expulsaba a los judíos de todos sus reinos. Se obligaba a los judíos a irse sin poder llevar consigo ni oro, ni plata, ni caballos ni ninguno de sus bienes, y el poco tiempo que les daban, apenas unos meses, para poder poner en orden todos sus asuntos, no facilitaba en absoluto la posible venta de sus propiedades a un justo precio.

Conocemos en el primer capítulo a las dos familias judías que van a protagonizar esta novela.

Por una parte, está la familia de Ivri, un hombre muy avaricioso que no está dispuesto a perder todo lo que tanto tiempo ha tardado en conseguir. Ivri, decide acogerse a la opción que le brindan las leyes para poder quedarse en Toledo: decide renunciar a su religión y comenzar a profesar la fe católica, renegando para siempre de las creencias que ha tenido hasta ahora. No todos los miembros de su familia están de acuerdo con su decisión, pero siendo el cabeza de familia, no les queda más remedio que acatar lo que su padre y esposo ha dicho…

Por otra parte, tenemos a la familia de Efraím Azarilla, un hombre de buen corazón y reputado maestro joyero, que prefiere el exilio antes que tener que renegar de su fe. Es así como Efraím, su mujer y su hija Iliana, tienen que vender todas sus pertenencias y poner rumbo a Flandes, tierra que han escogido para empezar de cero, debido a la buena fama que los joyeros tienen por aquellos lares.

La primera parte de la novela, consta por lo tanto de la llegada del edicto a oídos del pueblo judío, sus reacciones, sus tomas de decisiones y también la marcha de muchos hacia un nuevo destino. Vivimos principalmente la partida de Efraím y su familia, su llegada a Flandes, y lo duros que van a ser los comienzos en su nueva ciudad. Descubrimos también en esta primera parte, que Efraím es poseedor de un secreto de vital importancia para la comunidad judía; hay algo que lleva en la familia de Efraím desde hace varias generaciones y son varios los hechos que nos llevan a averiguar que son muchos los que pretenden hacerse con ese objeto de incalculable valor, y que están dispuesto a todo, lo que sea, con tal de recuperarlo.

Paralela a la vida de Efraím y familia en Flandes, conocemos también, en capítulos alternos, la historia de Juana la loca y su amado Felipe el Hermoso. Se nos cuentan diversos hechos históricos que tuvieron lugar en la época, y que fueron determinantes a la hora de elegir a los sucesores en el trono de Castilla y demás reinos.

Es también en estos capítulos, en los que asistiremos al alumbramiento de Carlos V, y le acompañaremos en sus primeros años de vida en la corte. Veremos cómo es su formación, y cómo se preocupan los que lo rodean de que se forme de manera excepcional, para lograr hacerse con el trono de Castilla sin tener apenas detractores.

En este punto, realidad y ficción, historia y novela, se mezclan, haciendo que Iliana, la hija de Efraím, dé a luz a su hija Katrina, el mismo día y a la misma hora, que Juana ha tenido a su hijo Carlos.

Katrina será la verdadera protagonista del libro. Heredera del arte de su abuelo con las manos, y también de la habilidad de su madre con los telares, ya desde muy niña, aprende el oficio de hilandera, convirtiéndose, desde muy joven, en una de las mejores del reino. Tanto es así, que sus trabajos llegan a oídos de Carlos V, quien decide que tanto ella como su maestra se trasladen a vivir a la corte, y se conviertan en hilanderas de palacio.

Cuando Carlos conoce a Katrina, se siente cautivado no sólo por sus dotes artísticas, sino también por su belleza y su inteligencia. Y Katrina, a pesar de sentirse en un primer momento reticente a las atenciones del futuro rey, debido a lo poco agraciado que le resulta su rostro, finalmente, la buena conversación y el encanto personal de Carlos V logran también hacer mella en su corazón….

Esta relación con el joven Carlos, la llevará a conseguir algo con lo que su abuelo siempre había soñado que lograra hacer: podrá volver a Toledo, a sus orígenes, y podrá por fin cumplir la promesa que le hizo a su abuelo de recuperar lo que allí quedó y que tan importante era para él.

Sin embargo, este regreso, será también su perdición, pues el secreto que ella lleva tanto tiempo ocultando, el hecho de ser judía, va a verse perjudicado pues son muchos los que conocieron a su abuelo, los que conocen su linaje y lo que esconden, así que ahora ella va a ser el blanco para intentar recuperarlo…..

A pesar de haber cogido el libro con muchas ganas debido a diversos factores (es novela histórica, que me encanta, protagonizada por una mujer en teoría fuerte, valiente, inteligente, con una profesión que me pareció de lo más llamativa y sobre la que me apetecía leer, y que trata de un tema, la expulsión de los judíos, que también me pareció la mar de interesante), tengo que decir, sin embargo, que no la he disfrutado como me había imaginado.

Sí es cierto que el libro resulta entretenido, es de lectura amena y muy fácil de leer, no resulta denso ni tedioso en ningún momento, pero…. Y es que me he encontrado tantos “peros” a lo largo de mi lectura que es por eso por lo que me siento un tanto alicaída con respecto a la novela: creo que a la historia le falta garra desde el principio, el tema y al idea son muy buenos, pero, en mi humilde opinión, a la hora de trasmitir los hechos ha fallado algo.

 A la hora de alternar los capítulos de historia con ficción, la unión no me ha parecido fluida, me resultaba un poco forzada, e incluso en alguna ocasión era como si no se hubiera establecido la conexión de los capítulos de la manera correcta, como si quedaran cosas en el aire…

Tampoco la protagonista ha logrado encandilarme; será porque no es la verdadera protagonista hasta la mitad del libro, será porque no se ha profundizado en su personaje como me hubiera gustado, o será porque su misión, su secreto y su historia o historias de amor no me han resultado tan apasionantes como me había esperado….


En resumen, que la lectura, aunque sí es entretenida e interesante por los hechos históricos de los que se nos habla, bien es cierto que no me ha parecido fascinante ni me ha hecho vibrar ni viajar en el tiempo ni vivirla en mi propia piel como suelo sentir este tipo de novelas. Como punto positivo mencionar las últimas páginas del libro, pues creo que la autora sí ha sabido poner a esta historia un bonito y buen broche final.


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