Las largas sombras de Elia Barceló
Hace ya casi un año de mi primer encuentro con Elia
Barceló, con su deliciosa narrativa y con la paleta de sensaciones con la que
me cautivó por completo con El color del silencio.
Cuando vi que había elegido de nuevo un cuadro de Lita
Cabellut para ilustrar la portada, no pudo hacerme más ilusión, ya que este
año, tuve la gran suerte de poder visitar en mi ciudad la increíble exposición
de la artista; por otra parte, la protagonista de este nuevo libro se llama
Rita, como mi gata, una coincidencia más que me sacó otra sonrisa,y para más
inri, hay un viaje de fin de curso que parece que va a ser de vital importancia
en la trama (ya sabéis lo que me gustan los argumentos de colegios, internados
y demás… ¿deformación profesional?). Así que, todos estos factores visualizados
en cuestión de segundos fueron motivo más que suficiente para que no dudara ni
por un instante en anteponerla a todas mis demás lecturas, para dejarme
deleitar de nuevo por la que ya presagiaba que sería una excelente historia.
En el verano de 1974, Rita, Lena, Teresa, Candela, Sole,
Ana y Carmen, acaban de terminar COU en su pueblo, Elda, y esperan llenas de
ilusión, anhelos y esperanza, no sólo el viaje de fin de curso a Mallorca en el
que están a punto de embarcarse, sino, la que sí que será la gran nueva etapa
de sus vidas estudiando en la universidad de Valencia, una etapa en la que se
sentirán por fin libres, independientes y dueñas de su propio destino. Sin
embargo, algo pasará en ese viaje que cambiará sus vidas para siempre, las trastocará,
las distanciará, y les hará tener que aprender a vivir con un oscuro secreto que
hará que aquellas jóvenes vitales llenas de sueños, vivan desde aquel momento,
bajo la sombra siniestra y tenebrosa de los pecados cometidos, que no han sido
perdonados ni olvidados…
En la época actual, verano del 2007, Rita, tras más de
treinta años viviendo en Londres, y después de haberse convertido en una
cineasta de prestigio internacional, decide volver al pueblo para arreglar
cuestiones burocráticas y familiares, y de paso, reunirse con las que habían
sido sus mejores amigas en los que recuerda como unos de los mejores años de su
vida.
Días después de una magnífica cena de reencuentro entre
las amigas, en la que compartieron risas, recuerdos y mil y una anécdotas, una
de ellas aparece muerta en la bañera de su casa con las venas cortadas… ¿Ha
sido un suicidio? ¿Un asesinato? La policía comienza una exhaustiva
investigación desterrando prácticamente el suicidio desde el primer momento, ¿o
no?, y todo hace pensar al lector, que para entender lo que ha sucedido en el
presente, tendrá que volver a aquel viaje de fin de curso en el que parece que
todo empezó, donde el secreto que durante tantos años ha atormentado a las
jóvenes germinó y cambió sus vidas y sus destinos para siempre. Todo parece
indicar que, en la actualidad, alguien quería impedir que alguna de ellas
intentara redimirse de aquel pecado cometido años atrás y que tanto les había
costado ocultar en lo más profundo de sus seres para intentar olvidar, o al
menos, no tener que recordar… ¿Qué sucedió en Mallorca en 1974?
Una vez más, Elia Barceló emana sensibilidad y un magistral
dominio de la pluma, de los tiempos y del ritmo en cada párrafo de esta novela.
La bellísima introducción con la que comienza esta historia , podría ser por sí
misma ya un relato exquisito con el que cualquier lector que ame la buena
literatura se quedaría más que satisfecho tras haberlo leído: qué forma más
deliciosa de ilustrar con palabras nuestra llegada al mundo y nuestra búsqueda
de nuestro lugar en él, emotiva y demoledora a partes iguales, la autora, ya
avisa de que las sacudidas emocionales que viviremos a lo largo del libro serán
de alto nivel, y que la intriga con la que adorna la trama, será parte
importante de la obra, pero no la guinda del pastel.
“Ya
estás en el laberinto, y sabes que no saldrás viva de él” .
En el libro, pasado y presente se van alternando para que
el lector vaya comprendiendo, conociendo y también queriendo a estas siete
mujeres que son la auténtica esencia de esta novela y sobre las que recae todo
el peso y valor de la historia. Porque otro de los puntos fuertes de la autora
es la construcción de los personajes que ha elegido para su novela: qué
mujeres, no podían ser más dispares, más diferentes entre sí, y de qué manera se
entendían, se apoyaban, se querían… Unas ricas, otras pobres, unas de familias
rojas y otras de familias partidarias del régimen, unas tímidas, otras
auténticos ciclones de energía y vitalidad… pero unidas, se sentían invencibles.
Además de necesitar el pasado para descubrir ese oscuro secreto que nos traerá
por la calle de la amargura, también nos vendrá muy bien para conocer y ver la
evolución de cada una de “las chicas del 28”, como se hacían llamar. ¿Se han
convertido en las mujeres que el lector esperaba? Y lo más importante, ¿se han
convertido en las mujeres que ellas imaginaban y deseaban ser? ¿Cómo recuerdan
sus “yo” de hace treinta años? ¿Se sentirían sus “yo” de 1974 orgullosos de lo
que tienen hoy en día ante sus ojos? ¿Qué habrían cambiado? ¿Tiene todavía
arreglo lo que ha hecho el paso del tiempo en sus vidas?
“Se
preguntó qué les tendría reservado la vida, qué sorpresas les esperaban al
volver la esquina del tiempo”.
Son también muchas las temáticas de carácter social que
la autora aprovecha para tocar en la novela: el machismo, la violencia de
género, el aborto, la homosexualidad, los abusos, la eutanasia, el alcoholismo…
Nos enseña cómo vivía la España de 1974, cómo encajaba estos temas de índole
social, y nos hace preguntarnos si la sociedad ha cambiado poco o mucho con respecto
a ciertos temas en estos últimos cuarenta años… ¿Hemos evolucionado como
sociedad como realmente se esperaba que lo hiciéramos? ¿Cuánto camino nos queda
aún por recorrer? ¿Estamos por nuestra parte haciendo todo lo que está en
nuestras manos?
Como decía al principio, sabía de sobra que lo que tenía
entre manos era una buena novela nada más comenzarla, lo que no imaginaba, es
que fuera a sacudirme emocionalmente del modo en que lo ha hecho, pues, si pensaba
que sería una bonita historia con una buena intriga, que por supuesto sí lo ha sido, ha sido en realidad un
viaje emocional por las vidas de siete mujeres durante prácticamente 30 años de
sus vidas, y como en toda vida, 30 años dan para muchas alegrías, pero también, para algún que otro tropezón y alguna que otra pena. Una lectura que, inevitablemente, te hace volver a ti misma la vista atrás y encontrarte con tu “yo”
de COU para hacerle más de una pregunta, aunque si tengo que ser sincera, hoy
en día, a mí también me gustaría darle algún que otro consejo para la época,
porque los años, por suerte, son sabios, y además de arrugas también nos van
dejando buenas lecciones de vida.
Comienza la novela con un proverbio inglés del que ha
tomado su título “Los viejos pecados proyectan largas sombras”, yo no encuentro
mejor final para esta reseña que una de las frases de una maravillosa película que me ha venido a la cabeza en más de una ocasión a lo largo de mi lectura :
“La vida, a veces duele, a veces cansa, a veces hiere, no
es perfecta; no es fácil, a veces no es justa, no es eterna, pero a pesar de todo,
la vida es bella”.