“La
artesana del vidrio” de Petra Durst-Benning
En 1890, tras
la muerte del viudo Joost Steinmann, un soplador de vidrio del pequeño pueblo
de Lauscha en Alemania, sus tres hijas se quedan totalmente desamparadas al no
contar con ahorros ni un oficio con el que poder salir adelante.
Las jóvenes
hermanas Steinmann, Johanna, Ruth y Marie, tienen “la suerte”, de que un vecino
cuyo taller de vidrio es uno de los más prósperos del lugar, las contrate como
obreras, eso sí, a cambio de una jornada de interminables horas de trabajo y un
salario completamente ridículo en comparación con la labor que desempeñan.
El lector
conoce a las hermanas la misma mañana de la muerte de su padre, y en poco
tiempo, podrá comprobar lo diferentes que son entre sí por muy unidas que estén
entre ellas.
Johanna es
la hermana mayor y actúa como tal. Es una joven independiente, valiente y
luchadora, que no soporta tener que pedir ayuda y menos que se la infravalore
por ser mujer. Uno de los rasgos más significativos de su carácter es su
impetuosidad, especialmente cuando habla, y la poca mano izquierda que tiene
para no hablar de más o contestar en los momentos menos oportunos… El no poder
mantener la boca cerrada ante los abusos de su nuevo patrón, hará que sea
despedida de su puesto y se tenga que buscar la vida en Sonneberg, la ciudad
más próxima al pequeño pueblo de Lauscha, en donde la mayoría de las
transacciones comerciales de la selva turinginia alemana son realizadas. Allí,
por primera vez Johanna podrá desplegar sus alas y saborear esa libertad e
independencia con la que siempre soñó, así como aprender el oficio de asistente
de un intermediario comercial, para el que pronto verá que tiene muchas
aptitudes. Sin embargo, a veces nuestras ansias de libertad no se ven
realizadas por irnos lejos del hogar, y Johanna no tardará en darse cuenta de
ello…
Ruth, es la
hermana mediana, y se nos presenta como la más romántica y soñadora de las
tres; también como la más superficial y a la que parece que encontrar el
príncipe azul con el que siempre ha soñado es su máximo objetivo en la vida. No
obstante, a pesar de las triviales aspiraciones vitales que tiene al principio,
el personaje de Ruth será el que más evolucione a lo largo de la novela, el que
tome las decisiones más adelantadas para los tiempos que le tocó vivir, y la
que actúe con tanta inteligencia y astucia para los negocios como la que más de
sus hermanas. Ha sido el personaje que finalmente me ha convencido más de los
tres por la manera en que decide tomar las riendas de su vida.
Marie, la
pequeña, es la más introvertida y la que lleva en la sangre toda la vena
artística de la familia. También nos sorprenderá por la audacia que demuestra
al ponerse al frente de un tubo para soplar vidrio ella sola, y aprender a
utilizarlo de manera autodidacta para poder llevar a cabo todas las creaciones
que pasan por su mente a lo largo del día. Marie será la pieza clave para que
las hermanas Steinmann salgan adelante por ellas mismas, rompiendo todos los
convencionalismos de la época en la que las mujeres dependían de los hombres
absolutamente para todo.
Es así
como, tres mujeres, consiguen sacar adelante un taller de vidrio creando adornos
para los árboles de Navidad, gracias al indiscutible talento artístico de la
pequeña Marie. Seremos testigos a través de las páginas de este libro, de cómo
comenzaron a confeccionarse estas primeras bolas decoradas en vidrio que
causaron un auténtico furor primero en Norteamérica y progresivamente a lo
largo del mundo, una tradición que como todos sabemos, continúa todavía vigente
en nuestros días, aunque se haya perdido toda la parte artesanal en la creación
de las mismas.
Desde que
empecé a leer la novela, y por supuesto, salvando las distancias, no pude dejar
de pensar en “Mujercitas”, la fantástica novela de Louise May Alcott y uno de
mis libros favoritos de la infancia. El hecho de estar protagonizado por tres
hermanas, tan diferentes entre sí pero tan unidas, recordándome incluso Johanna
a Jo, por su temperamento y personalidad arrolladora, la pequeña Marie a la
dulce e introvertida Beth, y Ruth por supuesto a la coqueta Amy. También el
personaje de Peter, un íntimo amigo de la familia Steinmann y vecino de toda la
vida, me hizo pensar en el joven Laurei, siempre fiel y enamorado hasta las
trancas de Jo, a pesar de los desplantes que ésta le hace a lo largo de su
vida. El amor que demuestra Peter por Johanna también evoca la relación de
estos dos personajes de “Mujercitas”. La época en que transcurre la historia
también es parecida, 1860 aproximadamente en el clásico de Alcott y finales del
siglo XIX en la novela que nos ocupa hoy, por lo que tanto las ropa como
costumbres en ambas novelas son también muy parecidas.
La novela
me ha resultado entretenida, pero la verdad es que cuando decidí leerla pensé
que me iba a gustar muchísimo más y no ha sido así. El estilo y la narrativa de
la autora me resultaron demasiado simples, y la historia tampoco me atrapó como
para no dejar el libro.
Me habría
gustado que la ambientación de la novela hubiera sido más detallada, especialmente
las explicaciones sobre los talleres de vidrio y la técnica del soplado que en
mi opinión tendrían que haber sido más explícitas, para que el lector pudiera
valorar y entender mejor esta complicada técnica artesanal.
Lo mejor
del libro son los personajes que nos encontramos en él, especialmente las
hermanas protagonistas a las que sí me gustó conocer y de las que admiro
profundamente la forma en la que lucharon contra los convencionalismos de su
época para llevar a cabo sus sueños y salir adelante en la vida por ellas mismas.
Por supuesto, también me encantó leer sobre el origen de los adornos
navideños, que es un hecho que desconocía totalmente, y también tengo que decir
que aprender sobre cómo se realizaban las transacciones comerciales en los
negocios de los intermediarios también fue un punto de lo más interesante.
Así que os
invito a conocer la historia de estas tres hermanas que con gran valor
decidieron a finales del siglo XIX poner en marcha un taller de vidrio en el
que creaban preciosos adornos para el árbol de Navidad. Una historia sencilla y
entretenida con toques de “Mujercitas” que trata un tema que todavía no está demasiado
explotado y que es lo que consigue que el argumento resulte tan atractivo.
Lo estoy leyendo y también se me da un aire a Mujercitas (salvando las muchas distancias, claro)
ResponderEliminarA ver cómo termina
Besos
En principio no me llama la atencion pero no lo descarto definitivamente.
ResponderEliminarSaludos
Lo del "toque Mujercitas" me ha gustado asi que, aunque solo le has dado tres estrellas, lo paso a mi ebook y a mi lista de espera ;)
ResponderEliminarSaludos!!
Me llamaba la atención este libro, pero viendo tu reseña me parece que tengo que bajar mis expectativas, que veo que no te ha entusiasmado.
ResponderEliminarBesotes!!!
Qué curioso, según te iba leyendo cómo describías a las tres hermanas yo me estaba acordando también de Mujercitas :) Replicar un poco ese patrón de personajes tiene sus riesgos y puede ser un acierto o un error, en este caso parece que ha salido bien y a mí me gustan los libros de personajes...
ResponderEliminarGracias y un saludo!
El final me ha defraudado
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