El extraño verano de Tom Harvey de Mikel Santiago

¿Por qué llamó
Bob a Tom justo antes de morir?¿Fue un suicidio?¿Una muerte accidental?¿Puede
que incluso haya sido un asesinato?
Con estos mil y
un interrogantes, Tom Harvey se dirige a Tremonte sin dudarlo, para acompañar a
Elena, el amor de su vida, en estos duros y trágicos momentos, pero también
para intentar encontrar una explicación a las misteriosas circunstancias que
rodearon la muerte de Bob Ardlan... y las demás muertes que empezarán a tener lugar y por supuesto a estar relacionadas.
Es esta la
tercera novela que leo de Mikel Santiago, y son muchos los puntos en común que
tienen todas ellas y que son ya características indiscutibles del estilo del
autor: Mikel Santiago empieza todas sus novelas de manera potente, impactante,
con una forma de presentar los hechos que logran atraparte y engancharte desde
la mismísima primera página. Todas sus novelas están contadas en primera
persona por el protagonista principal, en este caso Tom Harvey, y esta manera
de utilizar un narrador en primera persona logra que el lector se involucre
profundamente en la historia y que viva los acontecimientos con mayor intensidad.
Otra característica del autor es la música: en todas tus novelas, la música es
una parte fundamental de la trama, y en este caso la incluye con un
protagonista que es músico de jazz – toca el saxo, pero además, a lo largo de
la novela, se las ingenia para darnos pequeñas lecciones sobre este tipo de
música, hacernos disfrutar de conciertos en directo y poner una banda sonora a
la novela que no hace más que aumentar el cuidado detalle con el que se encarga
de que toda la novela transcurra en un marco incomparable. Y es que la
ambientación en la que nos va a sumergir el autor no podría ser más idílica:
Mikel Santiago nos lleva a la maravillosa provincia italiana de Salerno, con sus
acantilados, sus grutas espectaculares, su mar azul, sus pueblos de cuento, sus
yates, sus villas, sus calas de ensueño… y como elenco de personajes para este
paradisíaco lugar, elige un grupo de lo más selecto, de lo más carismático, de
lo más enigmático, de lo más granado de la sociedad: artistas, escritores,
directores de cine, marchantes de arte, músicos, millonarios vividores…nos
harán disfrutar del sabor de la dolce vita en cada una de las páginas del
libro.
Una diferencia
importante con sus anteriores novelas, vendría marcada por el ritmo: en las dos
primeras el ritmo del thriller es vertiginoso, trepidante, en ésta, a pesar de
ser igual de entretenida, hay partes que son más pausadas, se detiene más en
contar la historia de cada uno de los personajes, las relaciones existentes
entre ellos, su pasado, sus posibles razones para querer asesinar… para
hacernos dudar de todos y cada uno de ellos hasta el mismísimo final de la
novela, y tengo que reconocer que logra engañarnos muy pero que muy bien, ya
que en varias ocasiones estaba convencidísima de saber quién era el asesino y
no podía estar más equivocada… En este sentido, me gusta la manera en la que el
ritmo más pausado encaja a la perfección con la ambientación tan relajada, tan
de bon vivant, de la dolce vita típica de la costa sur de Italia, en la que la
vida se saborea a pequeños sorbitos porque lo único que se desea es detener el
tiempo y disfrutar de ese mágico enclave y momento.
Tengo que
admitir que la esencia de los libros de Agatha Christie, estuvieron presentes
en mi cabeza desde las primeras páginas del libro: y digo la esencia, no el
estilo. Pero, ese dudar de todo y de todos, ese protagonista astuto, perspicaz e
inteligente que se convierte en investigador, que interroga a todo aquel que se
encuentra, que revuelve el lugar del crimen hasta encontrar las pruebas o pistas
más interesante, esa atmósfera tan de Diez Negritos, en el parece que todos
tenían algún motivo de peso para cometer el asesinato, en el que como aquí empiezan a morir los que creías sospechosos en un primer momento, esos personajes
adinerados, excéntricos en un entorno de lujo que disfrutamos en Muerte en el
Nilo, esa esencia familiar y a la que le tengo tanto cariño se respira de
principio a fin, y por supuesto, se disfruta en la misma medida.
Otro aspecto que
me ha encantado en la novela ha sido que los asesinatos giraran en torno a un
artista, y que por lo tanto sus obras, sus cuadros, fueran parte del eje central de
la historia. Me ha parecido apasionante, cómo el autor utiliza los cuadros en
la trama y la manera en que convierte a las obras de arte en parte protagonista
de la novela.
No lo descarto pero no creo que lo lea por el momento.
ResponderEliminarSaludos
Coincidimos en impresiones. Disfruté con la novela y con Tom.
ResponderEliminarUn beso ;)