sábado, 2 de mayo de 2015

LAS LÁGRIMAS DE LA DIOSA MAORÍ

              “Las lágrimas de la diosa maorí”  de Sarah Lark

Con esta novela, Sarah Lark cierra la trilogía Kauri en la que nos lleva de nuevo hasta Nueva Zelanda, la última saga escrita por la autora y que comienza con “Hacia los mares de la libertad” y continúa con “A la sombra del árbol Kauri”.

Tal y como ya nos tiene acostumbrados a sus seguidores, encontramos una estructura que nos resulta muy conocida, ya que tanto todas las series como las trilogías de la autora, son sagas familiares en las que cada libro está protagonizada por los descendientes o las siguientes generaciones de los personajes que conocimos en la novela anterior.

También, siguiendo un patrón que ya nos resulta familiar, son siempre dos mujeres las que llevan el peso de toda la historia, aunque esta vez, la novela me ha parecido más coral que en anteriores ocasiones, ya que son varios los personajes en los que se centrará la trama dependiendo de la parte del libro en la que nos encontremos.

En esta ocasión, las principales protagonistas son Atamarie, la hija de Matariki y Roberta, la hija de Violet que se casó en segundas nupcias con Sean Coltrane. Tanto Lizzie como Kathleen, las protagonistas del primer libro de la trilogía continúan con vida y aparecerán a lo largo de la novela, especialmente Lizzie que tendrá que lidiar con los problemas amorosos que afectarán seriamente a las vidas de sus hijos Kevin y Patrick.

Kevin, romperá un poco con el patrón al que nos tiene acostumbrado Sarah Lark, ya que en esta novela su papel será uno de los principales, y no es habitual que un protagonista masculino adquiera tanta relevancia en las obras de esta autora. Con Kevin, viajaremos hasta Sudáfrica y viviremos y conoceremos de cerca la guerra de los bóers : se nos explican muy bien las causas que hicieron que estallara este conflicto, las relaciones entre los bóers, los ingleses y los nativos de Sudáfrica, nos adentramos en el calvinismo y sufrimos al leer sobre el racismo que corría por las venas de los colonos holandeses, visitamos y recorremos con Kevin como médico los campos de refugiados tras la contienda…una parte histórica la verdad bastante interesante, que no he podido disfrutar como me habría gustado al ser el Kevin un personaje al que tuve atragantado casi desde el mismo momento en que entró en escena, antipatía que no hizo más que ir en aumento a medida que iba avanzando en la lectura de esta novela.

En cuanto a las protagonistas femeninas, tampoco he logrado empatizar con ellas como me habría gustado, ni he notado la fuerza en ellas que suele caracterizar a los personajes femeninos de Sarah Lark. He sentido que tanto a Atamarie como a Roberta les faltaba algo, esa chispa, ese coraje y carisma que uno se esperaba encontrar.

Por una parte tenemos a Atamarie, que se convierte en la primera mujer que logra entrar en la Facultad de Ingeniería de Nueva Zelanda. Es una mujer muy inteligente que sueña desde niña con la posibilidad de volar. Atamarie es de las mejores estudiantes de su curso, y espera llegar algún día a construir un aparato con el que surcar el cielo. En su camino hacia su sueño, se encuentra con Richard Pearse, un personaje que existió en realidad y del que se dice que consiguió volar poco antes de que lo hicieran los hermanos Wright en Estados Unidos, sin embargo fueron ellos los que saltaron a la fama mundial.

No me ha gustado nada de nada la relación entre Richard y Atamarie, no he entendido en ningún momento la devoción que una mujer tan inteligente como ella podía sentir por alguien que, por muy brillantes ideas que tuviera, carecía de pasión, de alegría, de seguridad, de ilusión… Un personaje que trasmite tristeza cada vez que aparece, un personaje sin vitalidad, obsesionado, traumatizado y con un miedo atroz al fracaso que le impide triunfar en la vida. Pero Atamarie, en vez de luchar ella misma por su sueño, se vuelca completamente en Richard, intentando en todo momento que él consiga lo que ella lleva soñando toda su vida….Pero, ¿por qué? Si además él apenas se muestra agradecido en ningún momento…Con todo lo que lucharon y lo mucho que disfruté con las increíbles mujeres como la madre de Atamarie en la anterior novela, en ésta los personajes femeninos hacen cosas que logran sacar a una de quicio….

Roberta, íntima amiga de Atamarie, será la otra protagonista de la novela. Roberta decide hacerse maestra, y durante la mayor parte del libro se nos presenta como un personaje tímido, inseguro y obsesionado con conseguir el amor de Kevin Drury, el tío de Atamarie, que es un poco mayor que ellas. Se pasará prácticamente toda la novela corriendo detrás de Kevin, quien dicho sea de paso, la ignora por completo, ya que para él seguirá siendo toda la vida la amiga mona de su sobrina pequeña. Así que tampoco me ha gustado el personaje de Roberta, ya que en vez de ser una mujer luchadora o innovadora en su profesión, o de intentar llevar y disfrutar de una vida independiente, su cabecita se dedica prácticamente todo el tiempo a planear y planificar la forma de hacer que Kevin Drury se fije en ella, por lo que me ha parecido muy triste que una mujer pierda el tiempo de esa manera…

No ha sido este el cierre a la trilogía que yo esperaba la verdad…Para mí, este ha sido el libro de todos los escritos por la autora cuya trama me ha parecido más aburrida, tanto por la falta de fuerza en los personajes femeninos como por el argumento, que no me ha parecido tan emocionante ni atrapante como en otras ocasiones…

Como puntos positivos tengo que mencionar como ya he dicho anteriormente que me ha gustado conocer de cerca un poquito más sobre la guerra de los bóers, también la parte tocante a la cultura maorí me sigue resultando de lo más atractiva, pues en cada novela aprendo más sobre ellos y cada vez me resultan más apasionantes sus tradiciones, sus costumbres, sus leyendas, su historia y su estilo de vida. También debo decir a su favor, que como es habitual en sus novelas, a pesar de las 800 páginas la lectura resulta ágil en todo momento y el libro se lee enseguidita, aún siendo el argumento un poquito más aburrido que en otras ocasiones.


Quizás las sufragistas neozelandesas dejaron el listón muy alto y por eso ahora la novela no ha cumplido mis expectativas, no obstante, tengo que decir que pasar unos días en Nueva Zelanda rodeada de la mágica cultura maorí resulta siempre de lo más reconfortante, por lo que a los seguidores de la autora estoy convencida de que esta novela les resultará, como mínimo, entretenida.


Os dejo los enlaces a todas las novelas de Sarah Lark que tengo reseñadas en el blog:

TRILOGÍA DE LA NUBE BLANCA


SERIE CARIBE 


TRILOGÍA KAURI 

3. Las lágrimas de la diosa maorí

3 comentarios:

  1. No era una trilogía que me llamara y por lo que cuentas, sigue igual, sin llamarme la atención.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  2. Hola, como te he dicho por twitter, esta autora me llama mucho, pero nunca se porque libro decantarme jaja una pena que este no te haya convencido tanto como el anterior.

    Besitos

    ResponderEliminar
  3. Me he leído todos los libros de Sarah Lark! Pero tienes razón...este último no me ha gustado nada.
    Me encanta tu Blog!

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...