domingo, 22 de febrero de 2015

LA HIPÓTESIS DEL MAL

                             “La hipótesis del mal” de Donato Carrisi

Todavía recuerdo cuánto me impactó la novela Lobosde este mismo autor, allá por el año 2011… Así que como comprenderéis, nada más ver entre las novedades de Planeta que Donato Carrisi había publicado una nueva novela, no pude resistirme a ella, y estaba ansiosa por hincarle el diente lo antes posible…

Mayor fue mi sorpresa cuando descubrí que la protagonista de esta nueva historia, era la inspectora Mila Vasquez, a la que ya habíamos conocido en Lobos, pero no os preocupéis si no habéis leído la anterior obra, pues aunque hay algunos detalles de la vida privada de Mila que sí que se podrían entender mejor leyendo la primera parte, son detalles insignificantes en la novela, por lo que podréis disfrutarla igualmente (aunque os recomiendo que la leáis por lo buena que es, al igual que ésta). Y tengo que añadir aquí, que yo, a pesar de haberla leído, como ha pasado tanto tiempo, hay muchos detalles que apenas recuerdo, pero igualmente he disfrutado muchísimo esta lectura.

En “La hipótesis del mal” nos encontramos a la inspectora Vasquez trabajando en el Limbo, el departamento de policía más ignorado, e incluso despreciado por todo el cuerpo, ya que, “simplemente”, se encarga de los desaparecidos : una oficina llena de fotos de hombres, mujeres y niños, que un día, de la manera más inesperada, desaparecieron del mapa sin dejar rastro, algunos con algún motivo aparente que podría entenderse, otros sin la más mínima razón que pudiera hacerles querer desaparecer o hacer que alguien los hubiera hecho desaparecer con malas intenciones…

Sin embargo, un día, toda la familia de un rico empresario farmacéutico es víctima de un brutal asesinato, sólo el niño más pequeño queda con vida, pero con el castigo de tener que vivir con el recuerdo de haber visto cómo un desalmado se deshacía de todos sus seres queridos. Mila se sorprende cuando su superior la avisa de que es requerida su presencia en la escena del crimen…Mila no entiende por qué la llaman, hace mucho que procura mantenerse lo más alejada posible de escenas del crimen… Así que, cuando descubre que las pruebas y pistas dejadas por el asesino corresponden a uno de sus “desaparecidos” del que nadie sabía nada desde hace muchísimos años, no puede sentirse más sorprendida…O sí….

¿Qué es lo que podrá dejar a Mila todavía más perpleja? Pues saber que este “desaparecido” asesino no es el único caso, sino saber que de repente, atroces asesinatos están siendo cometidos  inexplicablemente por muchas de las personas de las fotos que cuelgan en su oficina….

¿Qué ha ocurrido para que todos estén volviendo a la vez?¿Qué les ha hecho volver, y lo que es más, volver para matar?¿Qué relación les une con sus víctimas?¿Qué es lo que une a todos los “desaparecidos”?

Si os gustan las novelas adictivas, de ritmo vertiginoso de principio a fin, que os hagan sentir un poquito miedo y lleguen incluso a erizaros el vello de la piel en determinados momentos, entonces ya estáis tardando en haceros con un ejemplar de “La hipótesis del mal”, un título, la verdad, de lo más acertado, pues en el libro se profundiza mucho en la idea de que de algo realmente malo puede salir algo bueno, y de que algo hecho con las mejores intenciones, puede salir algo realmente malo.

Donato Carrisi es criminólogo, y eso se nota en cada frase, en cada párrafo, en cada página… La manera de presentar los hechos, de crear la trama, de llevarla a cabo y de cerrarla es impecable: el lector se da cuenta desde el minuto uno, de que el autor sabe de lo que habla y sabe transmitirlo con claridad y minuciosidad en todo momento. Estamos ante una novela en la que el lector tiene que estar con los cinco sentidos constantemente , no hay línea en la que no encontremos información relevante para el caso o información “criminal” de lo más interesante (como por ejemplo, las diferencias entre un asesino en serie o un asesino en masa, algo totalmente desconocido para mí y que me encantó aprender, o como cuando visitamos en el depósito de cadáveres la sala de los “durmientes”, apasionante visita y descubrir que aquellos cadáveres sin identificar que han sido víctimas de un homicidio tienen que permanecer en el depósito, por ley, hasta que alguien pueda darles un nombre, pasen el tiempo que tengan que pasar allí…)

En cuanto al género de la novela, se podría decir que engloba varios géneros : novela negra, novela policíaca y también el thriller psicológico, ya que la el perfil psicológico de los personajes, tanto de los inspectores como de los asesinos, es una pieza clave a lo largo de toda la obra: es fundamental conocer cómo piensan y por qué actúan como actúan cada uno de los personajes de esta historia, para poder ir encajando poco a poco las piezas de este complicado puzle con el que Donato Carrisi nos obsequia para que pasemos unos días de lo más entretenidos. La psicología es también la clave indispensable para seguir, disfrutar, sufrir, y entender la trama criminal de esta apasionante novela. 

Los personajes, principales y secundarios, son también de lo mejorcito de la novela: personajes complicados, alejados de los cánones a los que estamos acostumbrados que protagonicen este tipo de libros; personas atormentadas, con pasados  muy complicados, muy duros, que les impiden empatizar y acercarse a los demás, perfiles, en los que, como decía anteriormente, se profundiza con una minuciosidad exhaustiva, enriqueciendo también así a la novela en este aspecto.

Ya para concluir, aunque creo que ha quedado suficientemente claro, sólo me queda recomendaros encarecidamente la lectura de esta novela si sois amantes del crimen, de la buena novela negra, porque estamos no sólo ante una buena historia criminal, sino que estamos ante una muy buena historia criminal que está muy bien escrita, muy bien pensada, elaborada y zanjada, una historia en la que el autor no deja puntada sin hilo, una historia en la que argumento, personajes, trama y estilo narrativo, hacen que el conjunto sea una, indudablemente, novela cinco estrellas.


lunes, 9 de febrero de 2015

A LA SOMBRA DEL ÁRBOL KAURI

                        “A la sombra del árbol kauri” de Sarah Lark

Segunda parte de la nueva trilogía que Sarah Lark comenzó con “Hacia los mares de la libertad”, en la que nos lleva a disfrutar una vez más de la apasionante cultura maorí y de los increíbles paisajes neozelandeses.

Volvemos a reencontrarnos con los protagonistas de la anterior novela unos diez años después. Recordamos a Llizzie y Michael, que viven feliz y cómodamente junto con sus hijos, y también volvemos a encontrarnos con Kathleen y el reverendo Peter Burton, quienes también han encontrado por fin la felicidad y la tranquilidad que tanto ansiaban.

En esta novela, como ya es habitual en las sagas de Sarah Lark, serán los hijos de los personajes del libro anterior los que se encarguen de protagonizar la historia.

En esta ocasión, por lo tanto, tenemos por una parte a Matariki, hija de Lizzie y Michael, aunque como recordaréis es en realidad hija biológica de Kahu Heke, el jefe tribal con el que Lizzie había mantenido una relación. Matariki, es una joven que ha crecido empapándose de la cultura maorí, amando y respetando sus orígenes y tradiciones, a pesar de llevar un estilo de vida propio de una pakeha, y como tal, sus padres, deciden enviarla a un selecto y exclusivo internado en el que esperan que se convierta en una mujer culta y de provecho. A pesar de no adaptarse lo que se dice especialmente bien a su nuevo centro de estudios, Matariki no se siente intimidada ni acobardada por la mayoría de compañeras que la menosprecian por el color de su piel y por llevar sangre maorí en sus venas. Para Matariki, esto es un orgullo, y convive ignorando a aquellas que pretenden humillarla, pasando todo el tiempo que le es posible al aire libre disfrutando de su caballo… Será en uno de estos paseos, cuando Matariki se halle descansando en una bonita playa desierta donde suele refugiarse para sentirse en paz, que dos hombres maorís la secuestren para llevarla a la isla norte donde su verdadero padre la reclama para que ejerza como la princesa maorí que es y continúe su lucha para liberar a su pueblo…

Este secuestro cambiará la visión de la vida de Matariki, descubrirá la verdadera esencia de la cultura maorí y una nueva forma de lucha pacifista que la encandilará por completo hasta el punto de decidir formar parte activamente de dicho acontecimiento histórico. Este secuestro hará que también acabe conociendo el amor y la pasión, un amor que la cegará de tal forma que llegará incluso a borrarle por momentos toda la sensatez e  inteligencia  de las que había hecho gala hasta el momento…Menos mal que finalmente abre los ojos y recuperamos a la Matariki decidida y con carácter que estuvimos a punto de perder…

Por otra parte tenemos a Kathleen y Peter Burton, que junto con su hija Heather (la hija que Kathleen había tenido con Ian Coltrane, su anterior marido) se dirigen a Inglaterra para solucionar un tema de herencia por parte de Peter. En su viaje, aprovecharán para visitar a Colin Coltrane (el otro hijo de Kathleen), que como había sido la oveja negra de la familia lo habían enviado a Inglaterra para intentar que el ejército inglés domase su difícil carácter. El encuentro con Colin es mucho más agradable de lo que esperaban, aunque hay algo que hace que la familia siga sin poder fiarse de él completamente, por lo que cuando les anuncia que está pensando en volver a Nueva Zelanda como parte del ejército británico, su madre en vez de alegrarse parece predecir la tormenta que su vuelta a la isla provocará en sus vidas…

El viaje a Inglaterra de los Burton, le sirve a la autora para introducir a una nueva familia en la historia, la familia Paisley, cuya hija mayor Violet se convertirá en una de las protagonistas indiscutibles de la novela que hoy nos ocupa. Hija y hermana de mineros que se gastan todo lo que ganan en alcohol, tras la muerte de la madre y para poder conservar una herencia que podrían perder, toda la familia decide poner rumbo a Nueva Zelanda de la que la familia Burton tan bien les ha hablado. Lo que en un principio se presentaba ante Violet como el paraíso con el que siempre había soñado, se convertirá para ella en la peor de las pesadillas, y su día a día desde su llegada a la isla será de lo más terrible y dramático, parece que nada logra ponerse de parte de esta pobre niña que lleva sobre sus hombros el peso de toda una familia, una niña que por desgracia tendrá que hacerse adulta demasiado rápido, una niña que a pesar de todas las dificultades que la vida pone en su camino lucha con uñas y dientes por salir adelante, por aprender a leer, por formarse, por intentar hacer todo lo posible por poder llevar algún día una vida un poquito mejor de la que le ha tocado vivir.

Una vez más Sarah Lark carga todo el peso de la novela en los personajes femeninos, y en esta ocasión, la fuerza y lucha de las mujeres por emanciparse, por hacerse valer, por luchar por sus derechos es explotada al máximo, ya que en la novela vivimos muy de cerca el movimiento sufragista en Nueva Zelanda, que como ya sabéis, fue el primer país en el que las mujeres consiguieron el derecho al voto (1893), convirtiendo así a este lejano país en la colonia más progresista del mundo, igualando los derechos de hombres y mujeres, y también de colonos y maorís.

La lucha de las sufragistas femeninas en Nueva Zelanda fue un camino muy difícil y me ha encantado acompañarlas en su batalla, en sus asambleas, en sus recogidas de firmas… Siempre he dicho que uno de los momentos históricos en los que me habría encantado haber participado sería en la lucha por el derecho al voto de la mujer, así que comprenderéis lo muchísimo que he disfrutado con esta parte de la novela.

La mujer en esta nueva entrega de Sarah Lark lucha por su libertad más que en ninguna de sus otras historias, aquí vemos mujeres que viven el amor y su sexualidad como les da la real gana, que luchan por formarse, por aprender, por ser independientes, por poder emanciparse del hombre en todos los sentidos…Mujeres orgullosas, muy seguras para la época que les tocó vivir, con las ideas muy claras y con el único objetivo de ser dueñas de sus decisiones y de sus propias vidas.

Además de la temática del sufragio femenino que tiene mucho peso en la novela, son otros muchos los temas que vamos a poder disfrutar al lado de nuestros protagonistas: la construcción del ferrocarril, el mundo de las carreras de caballos, la pintura de finales del siglo XIX en la vieja Europa a la que viajaremos de la mano de Heather Coltrane, las humillaciones y vejaciones que recibían las mujeres sólo por el hecho de ser mujeres, el mundo de las minas de carbón y de oro, y por supuesto muchísima información sobre las diferentes tribus maorís y la evolución que muchos de ellos están experimentando al adoptar las costumbres de los colonos que creen que les pueden beneficiar (ropas de abrigo, estudios, ciencia, medicina, leyes, escuelas…) , pero continuando amando sus tradiciones y sus formas de vida en las que por ejemplo demuestran que están mucho más avanzados que los blancos en cuanto a la igualdad entre sexos y el respeto entre hombres y mujeres.

Me sigo sorprendiendo a mí misma cada vez que un nuevo libro de Sarah Lark cae en mis manos por la velocidad a la que las páginas vuelan y se escapan entre mis dedos… Y es que a pesar de las 800 páginas de novela que uno tiene por delante, gracias al estilo sencillo, la prosa ágil y amena de la autora, a unos personajes que siempre logran ganarnos desde el primer momento y a un entorno de ensueño, hacen que la novela nos dure un suspiro, y nunca nos aburra volver a leer una historia con una estructura, que los que seguimos a la autora desde sus inicios, podemos decir que es de lo más previsible, pero también apasionante y encantadora.


Amor, historia, lucha, emancipación, principios, cultura, tradición…son algunos de los ingredientes que harán que una vez más los aficionados a este nuevo género conocido como landscape disfruten de lo lindo en el hermoso y lejano país de la Nube Blanca.


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