LA SONATA DEL SILENCIO

               “La sonata del silencio” de Paloma Sánchez Garnica

Madrid, 1946, en el edificio situado en el número 10 de la madrileña calle del Ángel, viven las dos familias protagonistas de nuestra novela.

Por un lado tenemos a la familia Montejano, formada por el padre, Antonio, su esposa Marta Ribas, protagonista indiscutible de nuestra historia, y la hija de ambos, la joven Elena, de 17 años. La familia Montejano está atravesando una verdadera mala racha; tras haber gozado de una excelente posición en la sociedad madrileña, hoy en día ya no tienen nada, a causa de la guerra, pero sobre todo, porque  por un malentendido y una incomprensible lealtad hacia un gran amigo, Antonio tuvo que pasar una temporada en la cárcel, lo que les hizo perder todo cuanto tenían, y le imposibilitó, a su salida, para poder recuperar la posición de la que antes había gozado, ya que su buen nombre, quedó mancillado para siempre.

Cuando Antonio estaba en su primer año de residencia, tras haber terminado su carrera de medicina, estalló la guerra con todas las consecuencias que todo conflicto trae consigo, por lo que finalmente, Antonio fue el único de la familia que se podía encargar de continuar con el negocio familiar de antigüedades que había hecho ricos a los Montejano. Fue así, como se vio obligado a dejar de lado su vocación, para hacer lo que todo buen hijo tenía que hacer en la época, responder por el negocio por el que la familia tanto había luchado. Antonio conoció a Marta Ribas cuando ésta no era más que una jovencita de 17 años, mucho más joven que él, pero sintió un verdadero flechazo. Marta era, y continúa siendo, una mujer realmente hermosa, de las que hacen girar las cabezas a su paso, con una elegancia natural y un saber estar, propios de las grandes estrellas de cine de aquellos años 40 y 50. Marta, hija de diplomáticos, se crió viajando de país en país, recibiendo una educación exquisita, dominando más de cinco idiomas y con la carrera de piano terminada a una edad muy temprana. La música es su vida, y siempre soñó con convertirse en concertista, hasta que la vida puso a Antonio Montejano en su camino y sus sueños se vieron truncados para siempre…

Marta no puede sentirse más infeliz y desgraciada…Ahora vive en un cuchitril, ha perdido todo lo que más quería, especialmente su piano, y tiene que conformarse siendo madre y esposa, y esperando en casa de brazos cruzados sin poder hacer nada para arreglar la difícil situación por la que están pasando. Marta se está ahogando en vida… Cuando Antonio cae gravemente enfermo, sabe que tendrá que buscar una solución inmediatamente para poder salir adelante y poder pagar el elevado coste del tratamiento de Antonio. Sin embargo, es muy consciente de que Antonio jamás consentirá que su esposa trabaje fuera de casa, qué dirá la gente…Antonio prefiere seguir viviendo en la miseria, antes que estar en boca de todos por tener una esposa que trabaja y que es capaz de ganar más que él.

Gracias a su manejo de cinco idiomas, su saber estar y su discreción, a Marta le van a ofrecer un trabajo que va a cambiarle la vida por completo, y que le hará volver a acariciar aquellas cosas que tan feliz la hicieron en su momento, pero sobre todo, ese sentimiento de independencia, de sentirse útil, será lo que realmente la haga sentirse un poquito viva de nuevo.

La otra familia protagonista de la novela son los Figueroa, cuya historia está unida a los Montejano desde hace muchísimos años. El padre, Rafael, es íntimo amigo de Antonio desde que eran unos niños. Tiene su casa y su notaría en el ya citado edificio, y comparte su vida con Virtudes, su esposa, y sus tres hijos: Virtuditas, insoportable, amargada y beata, Basilio, un joven que está arruinándose la vida por culpa de sus coqueteos con la cocaína y los bajos fondos donde la consigue, y la pequeña Julita, íntima amiga de Elena Montejano.

Rafael Figueroa ha hecho todo lo posible por ayudar a su buen amigo Antonio desde que éste salió de la cárcel… Y poco a poco iremos entendiendo el porqué de tanta ayuda y tanta lealtad que se profesan estos dos grandes amigos….

El lector irá sorprendiéndose capítulo tras capítulo, al ir descubriendo los muchísimos secretos que guardan estas dos familias desde hace muchos, muchísimos años, y ver las consecuencias que han tenido sobre ellos en la actualidad.

No penséis que estamos ante una novela más sobre la guerra civil o sobre la posguerra. Esta novela, a pesar de situarse en la España de 1946, más que ser un reflejo de la situación política o histórica del país, es un magistral y perfecto retrato de la sociedad de la época. La autora, en todo momento, nos hace partícipes de cómo eran las gentes de aquellos tiempos: los hombres, las mujeres, los jóvenes, nos habla del influyente poder que tenía la iglesia, de la doble moral… Nos hace partícipes del machismo que reinaba en la sociedad, con diálogos, con descripciones de situaciones que sentimos como verdaderas bofetadas en el rostro, por lo que duele leer sobre barbaridades dichas y cometidas contra la mujer no hace tantos años… y lo más triste de todo, es que muchas de ellas, eran dichas y pensadas por mujeres hacia otras mujeres…

Resulta como digo muy duro, leer sobre cómo era ninguneada la mujer, tratada con desprecio, humillada, anulada, vejada… cómo sólo se les permitía ir a la iglesia, coser, cocinar y atender bien al marido y a los hijos, que es para lo que habían nacido y para lo único que valían… Y lo peor de todo, es que tanto las leyes, como la iglesia, como la sociedad, estaban de parte de los hombres, por lo que para la mujer era imposible conseguir nada por sí misma, para todo necesitaba la firma de su marido, el permiso de su marido, el consentimiento de su marido, el dinero de su marido… Ojalá pudiéramos mostrarles a todos aquellos que aquello vivieron e hicieron, todo lo que hemos conseguido desde entonces…

No os podéis imaginar lo muchísimo que he disfrutado leyendo esta novela, resulta completamente adictiva, no se puede parar de leer…las casi 900 páginas me han durado apenas tres días y ahora me da muchísima pena no poder seguir acompañando a estas dos familias en su paso por la vida… Ya sabéis que soy una gran seguidora de Paloma Sánchez Garnica, que me conquistó con “El alma de las piedras” y volvió a cautivarme con “Las tres heridas” y en esta ocasión lo ha vuelto a hacer, me ha fascinado con su impecable y elegante estilo, por la fantástica trama que ha urdido en torno a estas dos familias, por el cuidado y magistral reflejo de la sociedad de la época, por los personajes que ha creado y a los que vemos crecer, hundirse, evolucionar, derrumbarse, levantarse con más fuerza…

En esta novela los personajes son el punto fuerte por la manera en que han sido perfilados y por todo lo que consiguen hacernos sentir : algunos  despiertan nuestra lástima, otros compasión, también hay los que nos harán sentir verdadero odio y ganas de estrangularlos, habrá a quienes admiremos (Roberta Moretti, en mi caso, me encantó el papel desempeñado por esta mujer tan fuerte, tan independiente, tan carismática), y también habrá casos en los que la opinión que tendremos al principio de conocerlos cambiará radicalmente a medida que los vayamos conociendo : unos evolucionarán positivamente, y otros se derrumbarán y serán pasto de sus propios demonios. Pero todos y cada uno de ellos, tanto los principales como los secundarios, son el alma mater de esta novela, y en mi opinión, la parte trabajada más en profundidad.

Esta novela tiene todo lo que una excelente novela tiene que tener: una brillante trama en la que presente y pasado se entrelazan con mucho acierto para ir presentando muchos de los secretos que sorprenderán al lector, un elenco de personajes de bandera, una narración exquisita, unos diálogos que nos hacen retroceder en el tiempo y nos hacen sentir en plena España de posguerra por las formas y vocabulario empleados por la autora, todo ello situado en una época que resulta realmente atractiva para el lector, y un final impactante, como un disparo directo al corazón…

No os podéis perder esta historia llena de secretos familiares, de amor, de sueños truncados, de impotencia, de celos, de ansias de libertad, de pasiones prohibidas, de música…Una historia conmovedora, adictiva, de las que se recomiendan una y otra vez, una historia sobre la que revolotea el pájaro de la tristeza página tras página, pero que nos llega muy adentro, y en la que en ningún momento perdemos la esperanza, de que las cosas, algún día puedan ir mejor para nuestra querida protagonista a la que le tocó nacer en una época y en un país en la que las cosas eran realmente complicadas para las mujeres. Dejaos envolver por “La sonata del silencio”, no os imagináis lo muchísimo que la vais a disfrutar.