"El
despertar de la señorita Prim" de Natalia Sanmartín Fenollera
Me resultó
inevitable pensar en el libro “El despertar” de Kate Chopin cuando descubrí
este título… “El despertar” es un libro que leí y estudié en mis años
universitarios, y del que guardo muy buenos recuerdos, y que aprovecho para
recomendaros su lectura, pues creo que lo disfrutaréis (si no habéis hecho ya.)
Pero
centrémonos en el libro de hoy, “ El despertar de la señorita Prim”, un libro
con una bonita portada ( siento debilidad por las portadas con un toque
vintage) ,un pintoresco título ( alguien que se llame señorita Prim no puede
ser alguien normal y corriente, y menos cuando descubrimos que su nombre de
pila es Prudencia) y un curioso argumento:
La señorita
Prudencia Prim, lee en el periódico un anuncio con una peculiar oferta de
trabajo: en el pequeño pueblo de San Ireneo de Arnois, se busca una
bibliotecaria, sin experiencia laboral, sin títulos universitarios ni
posgrados, y que tenga facilidad para convivir con perros y niños; tendrá que
trabajar para un hombre y sus libros… Prudencia siente un pálpito al leer la
oferta, algo le dice que tiene que ir allí, no sabe por qué, no sabe qué es lo
que necesita ni lo que la empuja a hacerlo, pero dejándose llevar por un sexto
sentido, decide presentarse como candidata al puesto.
Al llegar
al pueblo, Prudencia percibe que el lugar es un lugar atípico: todo en el
pueblo parece haberse quedado anclado en el pasado: la decoración floral de las
casas, los pequeños comercios, los talleres artesanos, las tradicionales
granjas que rodean el lugar… No se imagina que esto no es más que una pequeña
muestra, de lo que más adelante, los habitantes del pueblo, le darán acerca del
pequeño y arcaico paraíso terrenal que han creado.
La señorita
Prim se dirige hacia la casa en la que se supone que va a trabajar como
bibliotecaria, con la intención de conocer a su futuro jefe y con la esperanza
de ser idónea para el puesto ofertado.
Al llegar a la vivienda, tan imponente como
desoladora, no sólo se sorprende por la antigüedad y decadencia de todo lo que
la rodea, sino por descubrir, en la biblioteca, una conversación o clase de lo
más asombrosa: un hombre, sentado en un sillón, rodeado de libros y de unos
cuantos niños de corta edad (el mayor no tendrá más de once años) les habla de
Virgilio, Horacio, Polión… La señorita Prim se muestra completamente perpleja
al observar cómo los críos pueden entender el latín perfectamente y debatir
sobre los contenidos de las obras de dichos autores…
El hombre
del sillón la descubre, y le pregunta el motivo por el que desea el puesto… y
aquí es dónde comienza el despertar de la señorita Prim.
Prudencia
Prim tendrá que encontrarse a sí misma… sabe que lo que quería era escapar del
mundanal ruido, como a muchos nos sucede a veces, pero no sabe exactamente de
qué forma conseguirlo ni qué es lo que busca.
Los
excéntricos habitantes de San Ireneo se encargarán de ayudarla en su proceso de
redescubrimiento, y Prudencia, empapándose día tras día por su peculiar forma
de vida, irá poco a poco ahondando en lo más profundo de su ser, intentando
encontrar lo que todo ser humano busca y necesita: la felicidad y el amor. ¿La
encontrará en este particular pueblo?
Impresiones
encontradas son las que me han quedado una vez que he finalizado el libro y a
medida que lo iba leyendo. La lectura, no es una lectura fácil, más bien todo
lo contrario, tiene mucho que leer entre líneas, conversaciones muy profundas y
trascendentes, debates dialécticos que van demasiado lejos (para mí), aunque el
mensaje que transmite sí que me ha gustado: hay que aprender a disfrutar de las
pequeñas cosas, sacar el máximo jugo de ellas, y sólo así, desprendiéndonos de
lo superfluo y de lo que nos hace daño o angustia, seremos capaces de ser
felices.
La historia
está contada por un narrador omnisciente, con un tono clásico, antiguo, acorde
con el pueblo, que nos va describiendo no sólo lo las localizaciones que nos
rodean sino también a cada uno de los personajes que tan bien y tan a fondo
conoce.
Sorprende
la manera en la que la autora pinta al pueblo y a sus gentes con ese aire tan
de los 50, oliendo a bizcochos recién hechos, maderas recién pulidas, rodeados
de flores, con calles sin apenas coches, haciendo hablar a los personajes con
un tono y vocabulario siempre cortés y amable… hasta nos podemos imaginar a los
habitantes vistiendo ropas perfectamente almidonadas e impecablemente cortadas…
Una apariencia que pudiera resultar anticuada, incluso cursi, que contrasta con
el verdadero fondo que la escritora quiere dar a la novela, con la complejidad
de las conversaciones y la seriedad de los temas tratados (fe, educación,
matrimonio, feminismo, felicidad, progreso…)
Porque el
progreso, es una palabra que está presente en nuestras mentes a lo largo de
toda la novela: ¿hasta qué punto ha sido bueno el progreso para el hombre? ¿Me
gustaría a mí también irme a vivir a una colonia como la que estas gentes han
formado, en la que todos viven felices, haciendo lo que les gusta y cómo les
gusta, a la antigua usanza? Y el punto que más me ha impactado, ¿no sería
fantástico que pudiéramos disponer de nuestro tiempo como nosotros quisiéramos?
Porque, de lo que realmente me he dado cuenta a medida que voy creciendo, es
que si hay algo que valoro enormemente es “el tiempo”…”mi tiempo”.
¿Por qué
digo entonces que he tenido sentimientos encontrados? Porque no creo que en
estos momentos necesitara esta historia… Recuerdo, cuando hace muchos años
atrás, leía a Paulo Coelho y me sentaba muy bien, pues, por supuesto, sin
querer compararla, he tenido a lo largo de la historia una sensación parecida a
la que tenía cuando leía a Coelho, aunque en esta ocasión, no me ha tocado de
la misma manera. No obstante, tengo que reconocer que trata algunos puntos que
sí que me han hecho reflexionar y con los que estoy de acuerdo, por lo que
también tiene una parte positiva.
En cuanto a
los personajes, mencionar que Prudencia, no me ha conquistado como me habría
gustado; me ha resultado contradictoria en más de una ocasión, pero entiendo
que era intencionado como parte de su evolución personal ; el hombre del
sillón, a quién yo he relacionado con la “razón” masculina de la historia, es
una especie de anacoreta, eremita… que me quedaba a un nivel demasiado superior
como para resultarme cercano, pero por otra parte es la típica persona a la que
me encantaría conocer, escuchar sin parar y sobre todo, que me tomara como
pupila, para poder aprender una pequeña parte de todo lo que él sabe; los
habitantes del pueblo también son la mar de especiales, de excéntricos, y todos
y cada uno de ellos aportan su grano de arena a la historia, y en especial, al
despertar de Prudencia, sobre todo Horacio, su gran amigo y apoyo, y que para
mí representa al “corazón” masculino en el libro.
El final no
me ha gustado, demasiado abierto para mí, o quizás no estoy a la altura de
interpretarlo como se esperaba que el lector lo hiciera; necesitaba que la
autora hubiera sido más clara a la hora de cerrar una trama que ya de por sí,
no resultaba sencilla. Tampoco me ha gustado que no se me aclarara el misterio
del pueblo y de sus habitantes, me he quedado diciendo, ¿pero había un
misterio?¿cuál era el misterio?
Otra frase
que me ha dejado a cuadros en la parte final del libro “El matrimonio no es
cuestión de dos, sino de tres”… Y también queda sin explicar…¿Tengo que saber a
qué se refiere? Pues no lo sé, y eso es lo que me ha frustrado, que me he
quedado en varias ocasiones como diciendo: ¿Cómo se supone que tenía que
reaccionar después de haber leído esto?
A lo mejor
me decís que debería empezar a cultivar más mi parte espiritual si he escrito
lo que he escrito sobre este libro, pero honestamente, es lo que he sentido, o
mejor dicho, lo que no he sentido al no lograr comprender por completo el
mensaje final.
Reconozco
que el pueblo utópico en el que habitan los personajes tiene su aquel, su
encanto, sus puntos positivos, que hacen que nos planteemos abandonar todo e ir
en busca de un lugar así… Pero… ya veis que me he encontrado más de un “pero”,
por eso no la he disfrutado tanto.
En esta
ocasión, más deseosa que nunca de conocer vuestra experiencia tras la visita al
excéntrico y pintoresco pueblo de San Ireneo de Arnois… ¿es normal que me
sienta como me siento tras la lectura?
Buff parecía que me iba a gustar pero entre los peros y que he visto que no era lo que imaginaba...creo que esta vez no se va a venir conmigo jeje
ResponderEliminarUN beso!
Me gustado mucho tu reseña y tus reflexiones! Lo dejo con interrogación... No sé si darle una oportunidad. De momento esperaré a leer más opiniones sobre esta novela.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu reseña! Besos
Me parece que esta vez no me animo. Que los peros que señalas me echan para atrás. Así que esta vez dejo mi lista de pendientes tal y como está.
ResponderEliminarBesotes!!!
Tenía ganas de leer este libro pero lo de que es de lectura complicada me he venido abajo...
ResponderEliminarBesos y gracias por la reseña.
Lo estoy esperando y le tengo muchas ganas.
ResponderEliminarpues me llamaba la atención pero después de leerte creo que ya no tanto, esperaré a ver alguna reseña más pero creo que lo voy a descartar
ResponderEliminarbesos
Una reseña muy completa, me ha gustado =)
ResponderEliminarDe momento, creo que lo dejo pasar...
Besotes
Buena reseña. Se nota que te ha gustado pero... y ese pero es el que hace que me lo piense, además de ser tan profundo y filosófico.
ResponderEliminarBesos
Voy a apuntar pero el que recomiendas de Kate Chopin, que no lo he leído y es probable que lo tengan en mi biblioteca. Un beso
ResponderEliminarno lo he visto por aquí, al principio me llamaba la atención pero después de leer el final de tu reseña ya no estoy tan segura. ¡Espero que tengas más suerte para la próxima, y como Pilar, tomo nota que recomiendas a Kate Chopin!
ResponderEliminarAcabo de terminarlo y me ha gustado mucho. Es verdad que es una lectura un poco filisófica, pero te hace reflexionar. El pueblo es una maravilla, y creo que a todos nos gustaría pasar una temporada allí
ResponderEliminarQuerida Carol. El libro, que he leído gracias a tí, me ha parecido tan delicado, tan delicioso... En mi opinión, que puede no ser correcta, por supuesto, el matrimonio es cosa de tres porque debe estar Dios en él, ya que las creencias religiosas juegan un papel fundamental en la novela. Y la conclusión que yo he sacado es que hasta que uno no se encuentra a uno mismo, hasta que no sabe lo que quiere y cómo lo quiere, hasta que no se otorga un tiempo de introspección para madurar como mujer, para estar completa sin necesidad de completarse en el otro, de cubrir carencias, la vida no se vive con plenitud, ni con entera satisfacción. Y el final, abierto pero no, yo creo que nos dice que ahora sí es capaz de vivir y de encontrase en el otro. Deliciosa. Delicada. Me ha tocado. Y pasados unos meses la releeré sin duda. Como siempre gracias porque leo lo que vas contando y estoy encantada de haberte encontrado.
ResponderEliminarUf!! un comienzo atractivo pero no me ha terminado de convencer. Me daba pereza terminarlo.
ResponderEliminarPues lo deje a medias, se me hizo muy espeso...y yo soy más de lecturas ligeritas
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