“La ley de los justos” de
Chufo Lloréns
Chufo
Lloréns es para mí sinónimo de buena de literatura, he leído todas sus obras, y
hasta ahora, siempre he disfrutado muchísimo con la lectura de sus novelas,
tanto por la calidad de sus historias como por la de su narrativa. “La ley de
los justos” no ha sido la excepción, es sin duda su novela más ambiciosa y
mejor trabajada y documentada.
Chufo
Lloréns nos traslada a la Barcelona de finales del siglo XIX, acaba de
celebrarse la Exposición Universal de 1888 y la ciudad camina a pasos
agigantados hacia el mundo de la modernidad.
Aunque la ciudad
está atravesando por una época de esplendor, no todo el mundo puede
beneficiarse de la bonanza económica de la que disfruta la ciudad, todo lo
contrario, las diferencias entre clases son realmente acusadas, y mientras que
los ricos son muy ricos y viven a sus anchas, la mayoría de las veces a causa
de explotar a los más desfavorecidos, los pobres están verdaderamente
necesitados y muchas veces sufren por poder llevarse algo que comer a la boca.
Las
diferentes clases sociales estarán representadas en nuestra novela por dos
familias, los Ripoll y los Bonafont, siendo cada uno de sus miembros un claro
representante de la sociedad de la época.
La familia
Ripoll representará a la clase burguesa acomodada de Barcelona, está formada
por Práxedes y su esposa Adelaida, y sus hijos Germán y Antonio. Don Práxedes y
su hijo Germán serán dos personajes que nos harán sufrir a lo largo de toda la
novela por su maldad, su egoísmo y porque no llevan a cabo un solo acto que no
sea vil y mezquino. Hacía mucho que no sufría de esta manera con unos personajes,
y la verdad es que en esta novela hay unos cuantos que me lo han hecho pasar
realmente mal… Don Práxedes y su hijo tienen todos los malos vicios que una
persona puede tener: juego, mujeres, alcohol… Parece que el hecho de sentirse
superiores y de humillar al resto de las personas que ellos consideran que
están por debajo, es lo único que les da aire para poder seguir viviendo…
Adelaida es
la hermana de Orestes, socio de Práxedes en la importante compañía que presiden
y dirigen, está casado con Renata y tienen una hija, Candela, otra de las
protagonistas de nuestra historia y que no encaja desde niña en la familia en
la que le ha tocado nacer. Candela nunca ha entendido las diferencias entre
clases sociales, no sabe por qué no puede jugar con cualquier niño si son niños
como ella y con esos mismos valores crecerá y se convertirá en la gran mujer
que vivirá eternamente enamorada de un amor que le será prohibido por no
pertenecer a la familia correcta.
Ese amor
prohibido pertenecerá a la familia Bonafont, que está formada por Luisa,
costurera de los Ripoll y sus hijos Máximo y Juan Pedro. Máximo trabajó desde
siempre para los Ripoll, y tras perder tres dedos de una mano por las
deficiencias de la fábrica en la que nada importaba la seguridad de sus
trabajadores, se fue germinando en él, poco a poco, la semilla del odio hacia
los más ricos que desde siempre había estado ahí, por haber crecido rodeado de
injusticias, de desigualdades, de humillaciones hasta que finalmente su
accidente fue lo que le animó a dar el paso para integrarse en los grupos
anarquistas de la ciudad y comenzar a luchar por los derechos dignos que todo
ser humano debería de tener. De la mano de Máximo nos adentraremos en las
reuniones secretas de los anarquistas, conoceremos de cerca su lucha armada,
sus ideales y veremos el nacimiento del movimiento obrero.
El hijo
pequeño de Luisa es Juan Pedro, que será sin ninguna duda mi personaje favorito
a lo largo de toda la novela. Lo conocemos casi de niño, trabajando como
ayudante de librero, y siempre ha sentido su alma como alma de poeta. De
espíritu tranquilo, su amor por los libros y las buenas historias, lo lleva a
ganarse en un principio la amistad de la pequeña Candela en una visita con su
madre a la casa de los Ripoll, sin embargo, esa amistad que comenzó de la
manera más inocente se convertirá en una amor de los que hay pocos, una amor
verdadero que les hará sacrificar el todo por el todo, al uno por el otro…
Los bajos
fondos de la ciudad, también tendrán su representación en la novela : Freddy
Papirer y Pancracia Betancourt serán sus máximos exponentes, a cada cual más
repulsivo, serán personajes que harán que se nos revuelva todo cada vez que
aparecen en escena. Freddy Papirer será el nexo de unión de Germán Ripoll entre
los dos mundos tan distintos que existían en la Barcelona de la época. Tras
hacerse amigos durante el servicio militar, Germán siempre encontró divertida
la compañía de Papirer, a quién chulea y humilla a su antojo, pero gracias al
cual puede disfrutar y adentrarse en los placeres y lugares más oscuros que
oculta la ciudad. Por su parte Papirer, aguanta los desplantes de su amigo
escudándose en conocer un mundo de ricos con el que solamente hace años podía
soñar; ahora, cada vez que Germán le permite acompañarle a sus fiestas
elitistas, se siente el rey del mundo, por lo que está dispuesto a soportar lo
insoportable y mucho más con tal de poder seguir gozando de ciertos privilegios
de vez en cuando a costa de su acaudalado amigo…
Todos estos
personajes, tanto principales como secundarios, que aparecen en la novela, serán
el estereotipo de lo que en realidad uno se podía encontrar en la sociedad
barcelonesa de finales del siglo XIX, éste es para mí el fin principal de la
novela, ser un retrato minucioso y cuidado de una época clave para la ciudad
condal, una época en la que se forjaron la mayor parte de los eslabones de la
Barcelona moderna y en la que sucedieron importantes cambios, no sólo a nivel
industrial, económico, arquitectónico… sino que el verdadero y fundamental
cambio, el que tiene que forjarse en la mentalidad de las gentes, estaba empezando
a llevarse a cabo, pues sin ninguna duda es ahí, donde el principio de toda
revolución tiene que comenzar.
Estamos
pues ante una novela coral pues son muchos y variados los personajes sobre los
que recae el peso de la historia, una novela costumbrista en la que todo lo que
sucede, lo utiliza el autor para dejar constancia de una época y una ciudad por la que se nota
en todo momento que siente una especial debilidad y devoción.
El trabajo
de documentación llevado a cabo por Chufo Lloréns ha sido exhaustivo, de hecho,
el lector dispondrá de tal cantidad de información, tan detallada, tan cuidada,
que hará que uno se sumerja y saboree la época y la ciudad como si estuviera
caminando por sus calles en aquellos mismos días, lo que es una auténtica
delicia. Ésta es una de esas novelas en las que además de disfrutar de una
fantástica ficción histórica uno se empapa de la verdadera Historia, y la
combinación resulta absolutamente magistral.
Además de
los acontecimientos históricos que tuvieron lugar en la Barcelona de la época,
el lector podrá también vivir de cerca los últimos días de Cuba como colonia
española: asistiremos a la abolición de la esclavitud, seremos testigos del
interés americano por la isla, conoceremos de cerca la vida de los indianos y
su posición ante el futuro cubano, y por supuesto presenciaremos las relaciones
comerciales entre España y la isla y veremos cómo éstas comienzan a estar cada
vez más debilitadas, y cómo no, la guerra de la Independencia de Cuba vista
desde ambos bandos será también un episodio de vital importancia en esta
novela.
Así pues,
una novela de más de mil páginas en la que el nivel de información y
documentación resulta denso y minucioso, pero para nada pesado, todo lo
contrario, dicha precisión y detallismo hacen que uno se zambulla de pleno no
sólo en la historia, sino también en la Historia de finales del siglo XIX,
consiguiendo así que el lector sufra y sienta en su misma piel, las injusticias
y las barbaridades que se cometían en aquellos tiempos.
Uy, tiene muy buena pinta... me lo llevo, no lo conocía =)
ResponderEliminarBesotes
Y yo que hago sin estrenarme aún con este autor...
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo también tengo que estrenarme aún con él, y es incomprensible por mi parte, porque ciertamente sus historias son del tipo que me gustan...
ResponderEliminarTenía pensado hacerlo con Te daré la tierra, aunque este tampoco tiene mala pinta, jajaja !
Besos
Lo tengo en mente. Un beso
ResponderEliminar¡Una reseña muy completa! Me pasa como a Margari, que aún no he leído nada del autor. Lo curioso es que tengo ya en casa cuatro de sus títulos: "La saga de los malditos", "Mar de fuego", "Te daré la tierra" y "La ley de los justos". ¡Creo que ya va siendo hora de tomar una decisión! Un saludo.
ResponderEliminarEstoy en la página 200 de 1100. Lo he empezado con mucho entusiasmo pero hasta la página 200 sólo ha esbozado los personajes y aún no ha sucedido absolutamente nada. Exageradamente lenta. Por otra parte el uso de adjetivos en las descripciones y esa exhibición de vocabulario tampoco me cuadran. "Era transportado por su auriga", un coche de caballos va tirado por un cochero, denominarlo auriga es incluso snob y no estrictamente adecuado. En fin... Se recrea en lo que escribe, en adjetivaciones, en descripciones someras que dan paso a páginas que no nos llevan a ninguna parte. Por supuesto que voy a terminarla. Pero ya puede mejorar...
ResponderEliminarQuería deciros que pasado de esa página la novela coge ritmo y no se puede parar de leer. Gracias Carol por la recomendación, como siempre fantástica.
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