EL LEGADO

              El legado de Katherine Webb

Últimamente estaba teniendo muchísima suerte con los libros, si os fijáis en mis reseñas anteriores todas alcanzaron unas puntuaciones buenísimas, pero lamentablemente y aunque la historia prometía, la novela que hoy os traigo no va a pasar a ocupar un puesto entre mis favoritas y creo que tampoco va a quedarse mucho tiempo en mi memoria.

La hermanas Beth y Erica Calcott reciben como herencia de su abuela la casa en la que vivía en la campiña inglesa, pero sólo podrán adueñarse de la casa si deciden vivir juntas en ella. Cuando nos encontramos con una casa solariega de estas características en la campiña inglesa en las que hay una herencia de por medio, un sexto sentido parece decirnos que nos vamos a encontrar con un montón de misterios familiares que van a ser muy difíciles de resolver. Y misterios y secretos sí que hay, pero yo no los he encontrado lo suficientemente originales para que consigan engancharme al máximo. Puede que si no hubiera leído libros como “El jardín olvidado” o “El cuento número trece” la historia me hubiera resultado más atractiva y original, pero tras haber disfrutado enormemente de los libros mencionados, esta historia se desinfla poco a poco, y pierde su encanto de forma paulatina.

Beth es la hermana mayor, está separada y tiene un niño de 11 años , Eddie, que pasa largas temporadas en un internado y con su padre, pues Beth sufre un profunda depresión habiendo incluso llegado a intentar sacarse la vida. Erica es cuatro años más joven, es profesora sustituta en Londres, y está convencida que el problema de su hermana tiene su origen en su niñez, en algo que ocurrió cuando eran pequeñas en esta casa, por eso cree que si vuelven, podrá ayudar a que su hermana se recupere de su enfermedad.

Cuando las hermanas eran pequeñas, solían pasar largas temporadas de verano en la casa de la abuela Meredith, acompañadas por su primo Henry, un niño muy malo y con el que se llevaban fatal, y que un día desaparece y nadie nunca jamás supo qué había pasado con él, su cuerpo no fue encontrado y nadie lo vio llevándoselo. Erica sólo tenía cinco años cuando aquello ocurrió, y sólo le vienen vagas imágenes de aquellos momentos, vagos recuerdos que no es capaz de ordenar y que Beth no quiere ni mencionar. Cuando se instalan en la casa, Erica se reencuentra con Dinny, un gitano que vivía acampado con su familia cerca de la casa y con el que mantenían una fantástica relación de amistad cuando eran niños…pero Dinny tampoco quiere hablar de aquel día ni del pasado…¿Logrará Erica descubrir la verdad? Rebuscando entre las fotografías ,cartas y papeles de su abuela, Erica encuentra una vieja foto de su bisabuela con un niño en brazos del año 1904.Su abuela era hija única y su bisabuela se casó en ese mismo año, así que otro nuevo secreto se pone en su camino para ser descubierto, ¿conseguirá averiguar quién era ese niño?

Y es así como paralela a esta historia, un narrador omnisciente nos va contando la vida de la bisabuela de las chicas, Caroline. Esta mujer nació en Nueva York en una familia bien y se crió como toda una señorita,pero se enamora de un joven que posee un rancho en Oklahoma, y contradiciendo los deseos familiares se casa con él y se dispone a iniciar una nueva vida en el salvaje oeste…esta parte es la que más me ha gustado del libro, la vida de Caroline ,que no ella, y ver cómo se fueron estableciendo los primeros ranchos en estas tierras, sus costumbres, sus relaciones con los indios…

Y no hay más, es una lectura ligera, diría que no demasiado entretenida pues me ha faltado algo, más misterio, más secretos, más pasión, más acción y sobre todo unos personajes más carismáticos…Creo que si hubiera contado la misma historia en 300 páginas en vez de en 500 , mi nota habría sido mucho más buena y lo habría disfrutado mucho más.